Tamara Falcó e Íñigo Onieva llevan casi dos años de matrimonio, pero hay un tema que parece no dejarles en paz: la esperada noticia de un embarazo. La marquesa de Griñón, de 43 años, ha sido clara al respecto: no recurrirá a métodos de fertilización asistida, ya que prefiere que la concepción ocurra de forma natural, en línea con sus creencias religiosas. Sin embargo, este deseo no ha sido suficiente para silenciar los rumores y las miradas inquisidoras hacia su esposo, Íñigo Onieva, quien está siendo señalado por algunos como el posible "obstáculo" para que Tamara pueda cumplir su deseo de ser madre.

La hija de Isabel Preysler ha sido transparente sobre su deseo de ser madre, pero también ha dejado claro que no está dispuesta a forzar el proceso. En una reciente aparición pública, Falcó reveló que está bajo la supervisión de una doctora en Barcelona, siguiendo recomendaciones para mejorar su salud reproductiva. "Estoy cuidándome", afirmó, aunque dejó en claro que no recurrirá a técnicas como la fecundación in vitro. "Si no sucede, es porque no está destinado para mí", confesó con una serenidad que no todos comparten.

Sin embargo, las declaraciones de Tamara han puesto el foco en Íñigo Onieva. Durante su participación en El Hormiguero, la marquesa bromeó diciendo que su esposo "también tiene que hacer cosas" para que el embarazo ocurra. Este comentario, aparentemente inocente, ha desatado una ola de especulaciones sobre la fertilidad del empresario. ¿Está Íñigo enfrentando problemas que dificultan la concepción? Aunque no se ha confirmado nada, en la calle ya se le señala como el "verdadero problema", algo que está afectando profundamente al empresario.

La presión sobre Íñigo Onieva: ¿poca hombría o simple especulación?

Íñigo Onieva no está llevando bien la situación. Según fuentes cercanas a la pareja, el empresario tenía grandes ilusiones de convertirse en padre y no está dispuesto a renunciar a ese sueño. Sin embargo, la presión social y los rumores sobre su supuesta falta de masculinidad están impactando su bienestar emocional. En las calles, se le señala como el responsable de la situación, pero pocos conocen realmente las circunstancias que impiden que Tamara quede embarazada.

Tamara, por su parte, ha intentado mantener una actitud positiva y serena frente a la situación. Aunque ha reconocido que ambos están explorando opciones para mejorar su salud reproductiva, también ha dejado claro que no está dispuesta a sacrificar sus creencias por un embarazo. “Estamos deseándolo, pero también es verdad que hay ciertas cosas que si no pasan...”, reiteró, demostrando una aceptación que contrasta con la frustración que parece sentir Íñigo.

¿Qué dice la ciencia sobre la fertilidad de la pareja?

Aunque Tamara e Íñigo han optado por mantener los detalles de su vida privada bajo llave, los expertos señalan que la fertilidad es un tema complejo que no depende únicamente de uno de los miembros de la pareja. A los 43 años, Tamara enfrenta desafíos biológicos naturales, pero los hombres también pueden experimentar problemas de fertilidad, especialmente si no cuidan su salud. El camino hacia la maternidad no ha sido fácil para Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Con rumores, presiones y especulaciones constantes, la pareja enfrenta un desafío que va más allá de lo físico. Sin embargo, mientras Tamara mantiene la calma y la fe, Íñigo lucha contra los estigmas y las miradas acusadoras.