En un giro inesperado que ha dejado perpleja a la alta sociedad madrileña, Íñigo Onieva, esposo de la marquesa de Griñón, Tamara Falcó, ha sido rechazado en el proceso de admisión de uno de los programas más exclusivos del Instituto de Empresa (IE) de Madrid, cuya matrícula puede alcanzar los 80,000 euros para sus programas de máster. Tras un año de preparación y una candidatura que muchos consideraban altamente competitiva, el joven empresario ha enfrentado un contratiempo que pone en jaque su imagen pública y lo ha dejado en una situación muy incómoda. El desastre comenzó con la grandísima equivocación de presentar su videocurrículum desde un lujoso resort en Bora Bora, mientras disfrutaba de unas vacaciones de ensueño junto a Tamara Falcó. En lugar de enfocarse en sus méritos académicos y profesionales, Onieva optó por exhibir un estilo de vida elitista, rodeado de exóticos paisajes y lujos.

El videocurrículum que arruinó su candidatura

Según fuentes cercanas al IE, esta decisión fue interpretada como una falta de seriedad y humildad, dos valores fundamentales para la institución. "No es apropiado enviar una solicitud tan importante desde un hotel en Bora Bora. Incluso llegó a jactarse del lugar privilegiado donde estaba, algo que no viene a cuento cuando estamos hablando de que estaba presentando una candidatura para ser elegido en un máster”, aseguró de forma anónima un estudiante de la institución.

El comité de admisiones no solo rechazó la candidatura, sino que también quedó sorprendido por la desconexión de Onieva con la ética profesional moderna. Además, el tono del video fue calificado de arrogante. Íñigo no escatimó en referencias a su privilegiado estilo de vida, lo que causó un rechazo generalizado entre los responsables de evaluar su solicitud. Y es que, hablar de trabajo y esfuerzo mientras se relaja en Bora Bora simplemente no resulta coherente

Su nivel de inglés, el golpe final

A este escándalo del videocurrículum se sumó otro problema insalvable: el limitado dominio del inglés de Íñigo Onieva. A pesar de haber dedicado un año a mejorar sus competencias lingüísticas, su pronunciación y fluidez dejaron mucho que desear durante la entrevista. El inglés, un requisito indispensable para los programas del IE, se convirtió en el talón de Aquiles del empresario.

“Me consta que se estuvo estudiando el perfil de Onieva, pero al final lo rechazaron, no tenía el nivel para acceder y descartaron su candidatura... Y es que el inglés es muy importante, y su pronunciación dejaba mucho que desear", reveló el estudiante. Según expertos en educación, este tipo de fallos demuestra una clara falta de preparación, especialmente cuando se postula a programas tan exigentes y competitivos. El futuro de Íñigo Onieva está en el aire, y su reputación pende de un hilo. ¿Logrará redimirse tras este humillante episodio o quedará relegado a la sombra de su esposa? Por ahora, lo único claro es que ni el lujo ni los apellidos son garantía de éxito en un mundo que exige mucho más que apariencias. El glamour tiene límites, y Onieva acaba de descubrirlos de la peor manera.