Loquillo es barcelonés, un ciudadano del Clot que ha vivido gran parte de su vida, 63 años, en Barcelona. Excepto los últimos 15 años, cuando se ha marchado a Euskadi por amor, donde se ha casado con su pareja desde hace 40 años, Susana Koska. Son padres de un hijo de 22 años y viven en el País Vasco, en parte huyendo del procés. El músico catalán no se ha mordido nunca la lengua contra el independentismo y contra los sucesivos ayuntamientos de Barcelona que, según él, han dejado perder la cultura musical de la ciudad. Entrevistado por La Vanguardia ha querido mostrar el escudo de Barcelona que tiene tatuado en el brazo para afirmar que esta Barcelona de ahora que ejerce como capital de Catalunya es la que ha hundido a aquella Barcelona de antes. Su idea no es nueva, que el procés, la Barcelona "catalana" (como si eso fuera una cosa nueva, moderna, artificial) es provinciana y funesta para el arte: "Cuando me preguntan, digo que soy ciudadano del mundo, nací en Barcelona y por eso soy ciudadano del mundo, lo llevo aquí bien claro [y señala el escudo de la ciudad que lleva tatuado en el antebrazo derecho]. Barcelona fue la capital del mundo hasta que alguien decidió que fuera la capital de Catalunya, pero yo tuve la suerte de vivir esa Barcelona que cambió el mundo"
Loquiilo aclara qué quiere decir: "Que no sepa nadie quién es Raquel Meller, José Guardiola, el Dúo Dinámico, los Sírex, los Salvajes, los Cheyenes, los Lone Star. En los 80 hubo una subcultura en Barcelona que todavía permanece de rockers, teddy boys, punks y mods con Último Resorte, Los Rebeldes, los Negativos o los Brighton 64. Cualquier otra ciudad lo pone en valor ¿Por qué razón nos tenemos que comer siempre el sambenito de Barcelona como ciudad de la Nova Cançó y la rumba? Tengo 63 años, vale ya, se debe dar a cada uno la importancia que merece". Es cierto que la ciudad luce mejor unos iconos que otros, pero todos los grupos y cantantes que cita son catalanes, recordados y estimados. Nadie reniega. Lo que critica Loquillo es a quien solo se fija en la música cantada en catalán quitando importancia a la música catalana cantada en castellano. Y acusa a los que, según él, quisieron "catalanizar" Barcelona, como si Barcelona no fuera por definición catalana y la esencia de Catalunya. Loquillo está recibiendo bofetadas como camiones, como Cadillacs. Sufre la típica añoranza de la eclosión artística barcelonesa del post franquismo pero acusando al catalanismo o a la catalanidad o al catalán de todos los males:
Loquillo en catalán es boget. Normal que prefiera el castellano, queda mejor como nombre artístico. Su nombre real es José María.