Nueva muestra de 'trilerismo' televisivo en 'Sálvame'. Un "dónde está la bolita" de manual, ejecutando el enésimo engaño de su dilatada trayectoria. El truco es más viejo que el hilo negro, pero los pardillos siempre picamos. Una, dos, setecientas veces, si hace falta. Y mira que veníamos avisados: hace una semana tomaban el pelo de la audiencia presentando a las nuevas colaboradoras estrella, Las Mellis, y anunciando despidos. Todavía no hemos visto ninguno, más allá de la parodia de juicio sumarísimo a Rafa Mora y Anabel Pantoja. Ambos protagonizaron un feo enfrentamiento el viernes pasado, en el que el valenciano se reía de la discapacidad funcional del padre del Anabel, y ella respondía con uno "te reviento la cabeza" muy elegante. Como castigo, el programa jugaba la carta de la famosa purga y montaba un show: juicio sumarísimo, polígrafo exprés y votación de los espectadores. Tres opciones: echar a Mora, despedir a Pantoja o evitar que coincidan más en plató. Todo apuntaba a la primera opción por varias razones: Rafa es un personaje bastante detestado, y su defensa fue patética. Fuera de sí al verse acorralado, recibió la bronca y la amenaza de la presentadora Carlota Corredera. Bye bye, Rafa, decían las redes.
El programa reservaba el combate final y la decisión para los últimos minutos del show, y ¡oh, sorpresa!, se quedaron sin tiempo para ofrecer los resultados de la encuesta que tenía que enviar a alguien a casa. Este alguien era, sin discusión, Rafa Mora, liderando las votaciones de forma escandalosa. Sí que es cierto que su rival tampoco estuvo muy fina: después de una primera intervención bastante juiciosa, perdió los papeles y volvió a bajar al barro. Pero aun así, la remontada era imposible. Por eso la maniobra dilatoria del programa, al que muchos acusan de proteger al polémico colaborador y discípulo fielísimo de Kiko Matamoros. "Se puede seguir votando", dijo Corredera aliviando a Mora. Así ganaban unas horas para diseñar una vía de escape para el enredo en el que, por por otra parte, se habían metido ellos solitos. Las reacciones, claro está, no tardaron en llegar. Y el clamor es unánime: "estafa".
Seguro que pronto se inventan una nueva bomba de humo que tape el alboroto de la anterior... bomba de humo. Y así, hasta el infinito. Rafa Mora, mientras tanto, cobrando y repitiéndonos "me río en tu cara, tete".