La boda de Anabel Pantoja está trayendo mucha cola, más que la del vestido de novia, de más de 3.000 euros, que se puso la de Sálvame en su gran día en la isla de La Graciosa. Al enfado de Kiko Rivera con ella, puesto que no se siguen en las redes sociales, ni tampoco la ha felicitado por casarse con Omar Sánchez, se suma el gran cabreo que la mujer del D.J., Irene Rosales, se ha cogido durante la mañana del lunes 4 de octubre en plena calle con los reporteros congregados en las afueras de su casa.
Una situación límite con la que Irene Rosales ha presumido de una cara suya hasta ahora desconocida. Y es que la mujer de Kiko Rivera, cuando aparecía en televisión en el programa de los fines de semana, Viva la vida, siempre estaba muy tranquila y calmada, muy lejos de la imagen que ha ofrecido hace escasas horas. Un momento de tensión a raíz de la boda de Anabel Pantoja. Enlace al que Kiko Rivera e Irene Rosales no acudieron debido al fallecimiento de Ana, madre de Isabel Pantoja.
Montada en su carísimo coche, un Audi Q7, la que fuera colaboradora de televisión llegaba a su nueva casa en Castilleja de la Cuesta, después de hacer unos recados y se encontraba con toda la prensa allí esperándola. Una situación que la ha puesto de los nervios. Mucho. Motivo por el que Rosales no ha dudado en mostrar su cara menos amable. Dicho en otras palabras, se ha enfadado mucho. El motivo no es otro que las preguntas de los periodistas para saber cómo se encuentran ella y Kiko Rivera, tras la muerte de Ana y de haber decidido no acudir al enlace de Anabel Pantoja.
"No voy a hablar absolutamente nada. No es normal que cada vez que quiera meter el coche tenga aquí a diez personas. Al final le voy a dar un porrazo al coche y me voy a enfadar", ha dicho la mujer del cantante, muy molesta, luciendo unas oscuras gafas de sol y gesticulando muchísimo con sus manos. Fotos:
"No voy a hablar de absolutamente nada. Es un tema que no tiene nada que ver conmigo y yo ya me quité de la tele", añade la mujer de Kiko Rivera y madre de sus dos hijas. Unas imágenes, de Irene Rosales más cabreada que nunca, que se han emitido en El Programa de Ana Rosa. La reacción de la presentadora de Mediaset, al ver la tensa situación de la mujer de Kiko Rivera, no se ha hecho esperar.
Muy acertada, las cosas como son, Quintana ha dicho: "Este discurso que ha hecho tendría sentido si fuera una mujer de no se quién, que no sale en los medios, ni tiene nada que ver. Ella tiene que entender que está en los medios de comunicación y lo que no se puede es coger lo que nos interesa y lo que no nos interesa, no". Ahora no hablan y se enfadan porque les preguntan sobre el tema pero, ¿cuando les ofrezcan dinero o sentarse en un plató, hablarán? Seguro que sí. Como se dice en catalán: "Pagant, Sant Pere canta". Y los Pantoja de cantar entienden mucho.