El clan Pantoja ha vuelto a entrar en combustión. Se suponía que las aguas volvían a bajar con cierta calma: Isabel Pantoja dando conciertos, Kiko Rivera conciliador, Isa Pantoja felizmente casada con Asraf Beno y pasando de su madre como de la tiña... Una (amarga) dolce vita. Sin embargo, este estado es un espejismo. Las dos Isabel, enemistadas sin solución, están pasando por una mala racha. A la tonadillera le han caído tres actuaciones de la gira de 50.º aniversario de carrera, mientras que a la otra le ha reaparecido un fantasma del pasado. Su madre. La biológica, la peruana Roxana Luque. Una señora que, con un cheque en la mano, visita España de manera regular con la intención de ser recibida por la hija que entregó en adopción. Nunca lo ha conseguido, ni siquiera aprovechando el malestar pantojil.
La situación no parece que cambiará en esta ocasión, ni mucho menos. No habrá relación, básicamente porque Chabelita la rechaza. No quiere abrir este melón: su madre oficial no es la mejor del mundo, pero es la única que quiere conocer. Luque, en todo caso, sigue intentando la maniobra. El sábado llegaba a Madrid, muy nerviosa por lo que consideraba como una oportunidad real de reconstruir una historia común que empezó con otro nombre: Andrea Celeste. Era un personaje de culebrón del que Roxana era fanática. Poco tiempo después, incapaz de hacerse cargo de la criatura, la ponía en manos de terceros. Fue así, y después de un polémico proceso de adopción, que se convirtió en la hija de la cantante más famosa de España.
La postura de Isa Pi es la misma desde hace casi 10 años, cuando Luque empezaba a enseñar la patita de manera clara, presentándose en Madrid y ofreciendo entrevistas en la prensa del corazón. Incluso sonó como concursante de 'Supervivientes', una participación que nunca cristalizó. Eso sí, el escalofrío por la espalda de Pantoja madre e hija fue monumental. Chabelita "nunca ha tenido ganas de conocer a esa persona y no entiende que ahora, salga de la nada y remueva el pasado. No le interesa para nada esa señora, su madre es Isabel Pantoja y su familia es la que ha convivido con ella desde su niñez. Pide respeto para ella y para su madre", asegura su entorno más directo. Y hablamos del entorno porque la protagonista no habla. Literalmente. De hecho, cuando ve una cámara, huye.
La escena que se ha visto esta mañana del 29 de mayo a la urbanización del Puerto de Santa María, Cádiz, donde convive con su marido Asraf y el hijo que tuvo con Alberto Isla, es paradójica. Isa Pantoja, acostumbradísima a paparazzis y reporteros, ha batido el récord de 100 metros obstáculos por la zona de obras que es su residencia. Así reaccionaba a las preguntas de los informadores sobre la presencia de la madre biológica: saliendo por patas. La bienvenida es contundente. Y de las que hacen daño. Era la peor respuesta posible.
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