Una apendicitis llevó a Isa Pantoja al hospital de urgencia. La joven, que había estado sufriendo dolores abdominales durante varios días, finalmente fue operada. A su lado se encontraba su esposo, Asraf Beno, quien la acompañó en todo momento. Quien no lo hizo ni un solo instante fue su madre adoptiva, Isabel Pantoja. Mientras que en situaciones similares, como el ictus que sufrió su hijo Kiko Rivera, la cantante no dudó en acudir al hospital para apoyarlo, con Isa la historia fue muy diferente.
Isabel Pantoja no solo no se presentó en el hospital, sino que ni siquiera se puso en contacto directamente con su hija para saber cómo estaba. Según explicó el periodista Antonio Rossi en el programa ‘Vamos a ver’, fue Agustín Pantoja, hermano de Isabel, quien se encargó de informarle de la operación de Isa. "Agustín llamó a dos personas que le confirmaron que se trataba de una apendicitis", señaló Rossi. Isabel fue informada de lo ocurrido después de cenar, quitándole importancia al asunto y sin hacer ningún esfuerzo por comunicarse personalmente con Isa.
Isabel Pantoja excluye a sus hijos de su testamento, Isa y Kiko no verán ni un euro
Este desplante no es un hecho aislado, sino que forma parte de una serie de desencuentros que han marcado la relación entre madre e hija. En los últimos años, la frialdad entre ambas se ha hecho evidente, con varios momentos tensos que han trascendido públicamente. La relación se ha vuelto cada vez más distante, a tal punto que la decisión de Isabel de dejar fuera del testamento tanto a Kiko Rivera como a Isa Pantoja ha sido vista como el golpe definitivo.
Según las informaciones publicadas por Herento, Isabel Pantoja habría decidido modificar su testamento para que ninguno de sus hijos adoptivos tenga acceso a la mayor parte de su herencia. Aunque la ley obliga a Isabel a dejar la legítima a sus hijos, lo que les garantiza una pequeña parte de la herencia, tanto Isa como Kiko quedarán excluidos del resto de los bienes y propiedades. Esto ha generado un gran revuelo, ya que la herencia de Isabel incluye importantes propiedades como la famosa finca Cantora.
La decisión de Isabel de excluir a Isa de su herencia refleja el profundo deterioro de su relación. Durante años, la tonadillera ha estado envuelta en diversos conflictos familiares, y parece que ahora está decidida a tomar distancia. Se ha mudado a Madrid, dejando atrás su vida en Cantora, y alejándose de los enfrentamientos que han marcado su dinámica familiar.