Hace 15 años el govern de la Generalitat presidido por Pasqual Maragall entregó la Creu de Sant Jordi a Isabel Coixet. La cineasta catalana no fue a recogerla y envió a su padre. En algunas ocasiones ha reconocido que ahora no la aceptaría. Un galardón sin dotación económica no lo interesa más que porque tiene pagada la necrológica. Pero ahora que su amiga Rosa Maria Sardà presenta su libro, havuelto a la actualidad la polémica de devolver un honor del país. Isabel Coixet considera la Cruz un galardón retornable, como las botellas de vidrio.
Rosa Maria Sardà presenta en Barcelona su emotivo libro de relatos autobiográficos en un acto lleno de sentimiento, humor y teatro https://t.co/sKXh0SH8q3
— EL PAÍS Catalunya (@elpaiscatalunya) 21 de noviembre de 2019
En el acto de presentación del libro de la Sardà, que ya devolvió su Creu por considerar que la Generalitat actual es pro-independentista, Ramón de España define a la actriz de casi 80 años como "Sociata hasta la médula, harta del procesismo" (artículo en El Periódico). Y añade una intimidad sobre Isabel Coixet: "Recuerdo que, en su momento, le dije a Isabel, medio en broma: "Aprende de la Sardà. ¿A qué esperas para devolver tu Creude Sant Jordi"?. Pero solo obtuve la siguiente respuesta: "Lo haría encantada, pero se que no sé dónde la he metido".
Coixet no se esconde: retornría "encantada" el galardón de su país, pero es que lo ha perdido, no sabe ni dónde lo guarda. Como un pongo. Como el regalo feo del amigo invisible. Es un ahorro: todos los catalanes le tienen que pagar en los diarios la necrológica del día que muera Isabel Coixet.