Se suponía que la suya era una relación fuerte, sólida, diseñada para asaltar el poder. Pero a medida que pasa el tiempo, y a pesar de los resultados de las encuestas electorales, parece que la química entre Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo se está resquebrajando sin remedio. El ex presidente gallego fue "colocado" al frente del partido tras el escándalo de la denuncia de Pablo Casado contra Ayuso y su hermano, quien cobró comisiones millonarias por la venta de material sanitario a la Comunidad de Madrid durante la fase más dura de la pandemia. Feijóo representaba la opción supuestamente juiciosa, moderada, preparada y óptima. Y un personaje que había de preparar el camino para el ascenso final de Ayuso, la gran esperanza blanca de los conservadores. Pero Alberto les ha salido rana. Y tampoco está siguiendo el dictado de la presidenta madrileña, hecho por el cual el idilio parece sentenciado.
En todo caso, la opereta continúa adelante, con la mirada puesta en las generales de la próxima primavera. Feijóo va de aquí para allà intentando hacer ver que es un estadista de altura. Lástima que cada vez que abra la boca se hunda y la líe. Además, el talante del de Ourense no es tan delirante, exaltado y vehemente como el de la madrileña, lo encuentran blando. Sin garra. Demasiado flojo para el gust de los ayusers. Y eso ha ido disminuyendo la confianza, el interés, la apuesta de los peperos. Hay división de opiniones en Génova, aunque traten de silenciarlas. Ahora bien, hay imágenes que son mucho más explícitas que cualquier manifestación.
Ayuso asiste al discurso de Feijóo pero no puede disimular su desinterés y sopor
Por ejemplo, las fotografías de hoy mismo durante la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el Foro ABC. El diario ultraconservador organiza estos eventos con regularidad, y este en concreto estaba subrayado en la agenda de los responsables populares como una cita inexcusable. Por eso había pleno de figuras del partido: el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, la mencionada presidenta madrileña Ayuso, etcétera. Todos, en teoría, pendientes de las disertaciones del líder. ¿El gran qué de la jornada? Que "el Gobierno está intervenido por sus socios con una nueva versión del 155". Solo le han faltado el comodín favorito de Isabel, nombrar a la ETA. Quizás por eso la política ha desconectado del discurso del gallego. Tanto que ha estado a punto de dormirse ante todos los asistentes.
Las fotos de Ayuso a punto de dormirse escuchando al líder del PP, un espectáculo
La tira de imágenes son un poema. A duras penas se mantenía despierta, los ojos se le cruzaban, el gesto era de sopor insoportable. Vaya caras, vaya muecas. Un espectáculo. A buen seguro que el equipo de propaganda del partido ya tiene el argumentario a punto: que Ayuso trabaja mucho y va muy cansada, que había pasado una mala noche, que el desayuno había sido demasiado potente, que le ha faltado café y le ha sobrado zumo de naranja. Vete a saber, con Ayuso todo es posible. Incluso que haga una cabezada al estilo Margallo, pero a la madrileña. Pasen y vean.
Feijóo aburre el PP de Ayuso. Esa es la peor noticia que podría recibir el gallego. Será mejor que vigile su espalda, nunca se sabe.