Un joven de 23 años de Navalcarnero, Aitor García, falleció el año pasado por culpa de un tromboembolismo pulmonar y de una supuesta negligencia del Summa 112. El chico perdió la vida en el hospital cuatro días después de que su madre llamara de urgencia alertando de que su hijo se ahogaba y un médico le respondió que él "lo veía perfectamente". Los padres lo denunciaron, a través del Defensor del Paciente, por no activar el protocolo adecuado y no enviar una UVI móvil desde la primera llamada. La Consejería de Sanidad abrió una investigación. Y este miércoles la presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho una rueda de prensa para poner en valor la tarea del Summa 112. ¿Cuál es el problema? Las palabras utilizadas por Isabel Díaz Ayuso para referirse a esta tragedia: "No se puede hacer de la anécdota categoría", tal como informa el diario Público.
En casos como estos, con el dolor latente de unos padres habiendo perdido a un hijo, hablar de anécdotas parece, como mínimo, una irresponsabilidad como una casa. Una falta de tacto que traspasa cualquier línea, una barbaridad, en definitiva, que no ha sido pasada por alto por la red, que ha estallado como nunca:
Lo que desgraciadamente deja de ser una anécdota es que Díaz Ayuso diga sandeces un día tras otro.