España volvió a celebrar el 12 de octubre con una exhibición de caspa en las calles de Madrid. Bueno, y con la ya tradicional pifia de cada año: el famoso paracaidista de la farola ha sido reemplazado por la Patrulla Águila y su bandera republicana. A ras del suelo el espectáculo era otro: militares, cabras, realeza e insultos de la parroquia ultra contra el presidente Pedro Sánchez. Ah, sí, e Isabel Díaz Ayuso, claro. La presidenta madrileña se lució durante toda la jornada como la gran esperanza de la caverna, desesperada por recuperar el poder en La Moncloa.
Un día maravilloso para la del Partido Popular, pero que se estropeó de la forma más insospechada: se quedó de piedra cuando recibió la notificación de la plataforma Instagram diciéndole que le habían censurado y borrado una imagen de su álbum particular. El motivo, infringir su reglamento de uso, al exhibir una instantánea que "vulnera las normas sobre violencia u organizaciones peligrosas" e incita al odio. La pregunta es evidente: ¿qué había colgado Ayuso que había molestado tanto a los vigilantes de esta red? Una que afecta directamente en uno de los pilares, nunca mejor dicho, de su patentada "libertad a la madrileña": los toros.
Instagram lo tiene claro: las imágenes del asesinato y maltrato animal son peligrosas y están prohibidas en su universo. Que sea la 'fiesta nacional' española les importa un rábano, y punto. Lo que resulta curioso, sin embargo, es que la fotografía afectada por esta medida no enseña ningún método de tortura, ni sangre, ni bestialidades explícitas: se trata de un selfie con un periodista taurino que responde al nombre de David Casas, y que parece el presidente del club de fans de la mandataria. La imagen, además, está tomada contra la barrera de la Plaza de Las Ventas, y no es nueva: la colgó el pasado mes de junio. Ha llovido, vaya. Y un último detalle alucinante: la foto todavía es visible en redes en la cuenta personal del mencionado periodista, que ha quedado fuera del castigo. Es esta.
Ayuso y sus seguidores se han quedado boquiabiertos con el incidente, provocando la reacción de la presidenta madrileña, que desafía a Instagram. ¿Cómo? Colgando una imagen similar, pero en este caso con un tercer invitado: el alcalde de Madrid y congénere ideológico, Jose Luis Martínez Almeida. Deja una pullita marca de la casa: "A ver si hay suerte con esta".
La pelota está en el tejado de Instagram, y nos morimos por ver si hay contraataque. Ya imaginamos los titulares: 'Quieren romper España'. Primero el cheque cultural, y ahora esto.