"Espejito, espejito, dime, ¿quién es la más bonita?". La famosa frase del cuento de Blancanieves tiene, a partir de ahora, una nueva respuesta: Isabel Díaz Ayuso. La candidata del PP para convertirse en presidenta de la Comunidad de Madrid tiene un ego infinito, aparte de una imaginación y una capacidad para verbalizar burradas inagotable. No contenta con la retahíla de perlas que ha ido regalando durante la campaña (y precampaña, y pre-precampaña), la madrileña se presenta como una víctima de los ataques de los populistas, incapaces de debatir con una primera espada de la política. Ella, una crack del discurso político, a la altura de los grande líderes de su partido, se ha convertido en un pim-pam-pum por envidia de sus rivales. Y es que"a los líderes del PP que son grandes siempre se les ha criticado".

@isabeldiazayuso

La megalomanía de Ayuso es ciertamente preocupante. Un trastorno que amenaza con hacer desaparecer a los populares de la presidencia de Madrid, un coto exclusivo de los de Génova durante las últimas décadas. La mujer cree que las reacciones a su catálogo de ideas absurdas sólo buscan "destrozar su seguridad personal", y no hacerle reflexionar sobre la idoneidad de su candidatura. El sentido común hace tiempo que no le visita, una ausencia que ha sustituido por el despropósito full-time. Al menos no ha utilizado la carta del machismo, aunque todavía queda una semana de campaña.

Díaz Ayuso ha activado el ventilador para sacudirse la responsabilidad de sus excesos verbales, y se prepara para un nuevo posible porrazo que hunda al PP en la capital de España. Lo hace atacando el resto del mundo por su discurso incendiario y cada día más ridículo. Aunque quizás tiene razón, y a su afirmación sólo le ha faltado una palabrita:"A los líderes del PP que son grandes BOCAZAS siempre se les ha criticado". Así la cosa tendría, por una vez en su vida, un poco de sentido. Ánimo, Isabel, que ya queda menos para el 26-M.