Todo son flores y violas para Isabel Díaz Ayuso. Está 'on fire'. Ha arrasado en las elecciones madrileñas, se ha convertido en una estrella del rock (facha) e incluso ha vuelto a encontrar el amor. Su vida sentimental parecía la gran asignatura pendiente: está divorciada (nunca se ha sabido la identidad del exmarido) y hace unos meses que supimos de su ruptura con el último novio conocido: un tal Jairo Alonso, peluquero famoso por esquiar en las calles de Madrid durante la borrasca Filomena, saltándose las restricciones por el coronavirus impuestas por su ex. La presidenta aseguraba hace semanas que "el mercado está vacío", refiriéndose a su soltería. Pues bien, quizás era que no buscaba en el lugar adecuado: Cupido la ha impactado de pleno con sus flechas y no ha sido ni en el mercado, ni en la carnicería ni con su pescadero de confianza, no. Ha sido en el mundo sanitario, una de sus grandes fuentes de polémicas. Paradojas de la vida.

Isabel Díaz Ayuso y su exnovio Jairo Alonso / GTRES

La revista 'Lecturas' publica en portada las imágenes del nuevo romance de la 'pepera', mientras disfrutaban de una escapada romántica. No en Madrid, claro, por si las moscas. A ver si al final su máxima "es una ciudad en la que puedes pasear sin encontratrte con tu ex" le salía 'rana' y chocaba con Jairo mientras desataba su pasión amorosa. Ha sido en Ibiza, lejos de sus queridos atascos de tráfico, pero muy cerca de los paparazzis que la persiguen. "El afortunado" es un técnico del sistema de Salud bien barbudo y de 45 años, con quien no se corta un pelo, besándose como buenos enamorados en una terraza después de dar un paseo frente al mar. Las imágenes, una exclusiva de la publicación, nos hacen pensar (por diferentes motivos) en aquella canción de Camela, "Cuándo zarpa el amor". No sabemos si llegará a puerto o quedará a la deriva, pero vaya: "que me quitan lo bailao".

Isabel Díaz Ayuso y su nuevo novio en Ibiza / Portada 'Lecturas'

Ayuso es toda una estrella y tiene fans 'royals' y fachas / GTRES

Son días de vino y rosas para Ayuso: todo lo que toca acaba en su bolsillo. No sabemos si juega a la lotería, pero ya está tardando.