La presidenta regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso, reclama desesperadamente atención durante estos días con la celebración de la Cumbre Mundial del Clima de Madrid. Le pasa como al alcalde José Luis Martínez Almeida, capaz de decir cualquier tontería para intentar que alguno de los medios de comunicación nacionales e internacionales presentes en Ifema le hagan caso. Los dos visitaron el recinto, cogiditos de la mano como dos primos bien avenidos. La versión capitalina de Zipi i Zape, salvando las distancias de género. En lo que coinciden ambos es en convertirse en un chiste con patas. Ayuso, experta en las artes humorísticas (que ella llama hacer política) y de excursión en Bruselas, ha vuelto a hacerlo: ha firmado una nueva lección magistral de lo que no tendría que hacer ningún representante público, especialmente porque su argumentario es ridículo, sesgado y tramposo.
Ayuso, que quiere que los madrileños piensen que la celebración de la reunión internacional es obra y gracia de su gestión al frente del trifachito, ha dicho: "Cuando se tiene que organizar un evento de esta magnitud, se tiene que elegir una ciudad o comunidad autónoma gobernada por partidos como PP y Ciudadanos que somos gobiernos liberales. Jamás se podría haber organizado un evento de esta magnitud con un gobierno socialista". La mujer debe ser la única que no se ha dado cuenta de quien manda en La Moncloa. Una pista: el logo del partido tiene un rosa. Va, otra, que esta era difícil: P-S-O-E. Bromas aparte, lo peor de todo es que cree que los ciudadanos somos imbéciles, como mínimo. Y no merecen este desprecio, sobre todo los madrileños, por mucho que le hayan votado. Pero si la ocurrencia antisocialista clama al cielo, la guinda la ha puesto haciendo gala de su insistente catalanofobia , rechazando que una cumbre como esta se pudiera celebrar en Barcelona: "Me extraña mucho"
Amiga presidenta madrileña: A nosotros nos extraña, precisamente, como alguien de su altura moral e intelectual haya pasado de gestionar la cuenta de Instagram del perro de Esperanza Aguirre a máxima autoridad de la Comunidad de Madrid. Cómo se dice vulgarmente, Barcelona tiene el culo pelado a la hora de organizar acontecimientos mundiales, y ni toda la porquería ideológica que sea capaz de pronunciar podrá cambiarlo. Tú disfruta de tus queridos embotellamientos de tráfico y de las fechorías de tu compi Almeida con Madrid Central, y ve sacando pecho de verde, ecologista y referente mundial: la realidad es que cada vez que habla, es el hazmerreír de la opinión pública.