Isabel Gemio cierra su semana más especial: acaba su programa de radio en Onda Cero con un maratón solidario para luchar contra las enfermedades minoritarias, ha recibido el Ondas por su trayectoria y por primera vez ha mostrado a sus dos hijos en público, uno de los cuales, Gustavo, el grande, sufre una enfermedad que lo mantiene en una silla de ruedas. Ha concedido una entrevista a El Mundo donde responde a todo. Lo que ha sorprendido más, por la fuerza de la imagen, ha sido la foto con sus hijos. Ella lo explica con total naturalidad: "Cuando me dijeron que ganaba el Ondas, mi hijo pequeño, Diego, me dijo que quería acompañarme. Se lo comentamos a Gustavo y él respondió 'Pero yo no quiero ser famoso ni que me persigan los paparazzi'. Siempre los he protegido, pero son mayores y decidieron posar. Yo feliz, claro". El hecho de que los dos ya sean mayores de edad ha contribuido a relajar la sobreprotección de Gemio.

GTRES

La imagen también tiene otra derivada: concienciar a sus oyentes de la necesidad de combatir enfermedades como las de su hijo y que hagan un donativo a la Fundación Isabel Gemio. La sensación agridulce de conseguir fondos cuando acaba el programa la lleva a desvanecer cualquier duda sobre su despido de Onda Cero. Se especulaba si había sido de común acuerdo o una decisión de la empresa e Isabel Gemio lo aclara: la han echado. "El contrato acababa en diciembre y la empresa no lo ha querido renovar". Soterradamente se entiende que está dolida, no le han dado ninguna explicación. "No hay motivos. Me comentaron que querían cambios. No es por la audiencia". De hecho ella quiso dejar claro el martes al recoger el Ondas que su programa era "el segundo más escuchado de la emisora", después del de Carlos Alsina. Un dardo a su compañera de Onda Cero Julia Otero. Un poco tramposo ya que los programas de tarde como los de Otero nunca hacen la audiencia de los de mañana como el de Gemio. Pero Otero sigue y Gemio no.

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El entrevistador tiene el acierto de recordarle sus malas palabras hacia su sustituta en Sorpresa, sorprendida, Concha Velasco, para darle ocasión de desear suerte a su recambio en la radio, Jaime Cantizano. Ventila los dos aspectos sin inmutarse: "A Cantizano le deseo lo mejor" y respecto de Concha Velasco "Yo hubiese mandado uno saludo en un compañero que se va, pero cada uno es como es". Saca su tradicional orgullo cuando niega haber pedido trabajo en el discurso de los Ondas: "Era una ironía".

EFE

Gemio, siempre recelosa de mostrar su intimidad, da unos cuantos titulares sobre su vida privada: el hijo mayor estudia informática en un centro adaptado y el pequeño, calcado a su padre Nilo Manrique, dejará sociología para estudiar diseño. Gemio reconoce tener pareja pero rehúye la idea de casarse recordando que su matrimonio lo firmó para que su novio cubano tuviera papeles en España. Y acaba negando que se haya hecho la cirugía estética y que su buena imagen se la debe a tratamientos de belleza, radiofrecuencia, la meditación y el budismo, a los cuales recurrió buscando la fe cuando su hijo adoptado resultó sufrir distrofia muscular de Duchenne. Asegura, sin embargo, que no cree en la reencarnación. Con una Isabel Gemio tenemos bastante.