Familia de las familias de la realeza, los de la Casa Windsor no atraviesan por el mejor momento de su vida. Carlos III (75) fue el primero en hacer público el diagnóstico médico que hizo la vuelta al mundo. Pocos meses más tarde, era la mujer del heredero al trono quien anunciaba, después de días desaparecida, que tenía un cáncer. Tampoco ayuda a la familia real británica el comportamiento del hijo pequeño de Carlos III y Lady Di, Harry (39), quien desde hace años decidió desvincularse al completo de la vida de la corona. Día sí día también, Harry es protagonista de titulares que ensucian y perjudican la imagen de la monarquía más conocida por todo el mundo. A la reina consorte, Camila (76), parece que le va grande el peso de la corona y no tardó demasiados días a pedir un periodo de vacaciones para desconectar y William (41) hace lo que puede. Parece que Isabel II murió justo a tiempo para no tener que vivir durante los últimos años de mandato una de las etapas más débiles de la monarquía británica.

Familia real británica - Instagram

Hace un año y medio aproximadamente desde que saltó la noticia que paró el mundo por unos instantes. Era un 8 de septiembre del año 2022, pocos minutos pasados de las cuatro de la tarde, cuando la BBC detuvo la emisión del contenido programado para irse a negro y anunciar la muerte de Isabel II. Hacía días que el equipo de comunicación de Isabel II actualizaba constantemente su estado de salud, sin embargo, la muerte produjo un gran impacto social, no solo en los países donde reinaba, sino por todo el mundo. La reina en vida ya pudo ver cómo se rendían grandes homenajes a su persona agradeciendo el servicio que prestaba para todos los ciudadanos. Una de las últimas construcciones que pudo inaugurar Isabel II fue la nueva línea de metro de la capital británica que lleva su mismo nombre. Son muchas las esculturas escampadas por todos los continentes de una de las reinas más amadas, pero el pasado domingo presentaron una nueva que ha levantado mucha polémica.

Isabel II - Telecinco

Domingo 21 de abril fue inaugurada una nueva escultura de bronce dedicada a Isabel II. A la que fue reina de Inglaterra durante más de cincuenta años se la puede ver joven, aunque muchos visitantes afirman que si le quitaran el vestido y la corona nadie sabría que es ella. Ubicada en un pequeño pueblo inglés, Oakham, perteneciente al contado de Rutland, la escultura de Isabel II está construida sobre un bloque de piedra clara que la hace llegar a los 2,1 metros de altura. La pieza de bronce ha sido financiada por diferentes empresas y otras personas anónimas que contactaron con Hywel Brân Pratley, un escultor que ya había representado a la monarca en otras ocasiones. "Erected as a tribute to her late majesty through public subscription". ("Erigido en homenaje a su difunta majestad mediante suscripción pública"). Esta es la frase que se puede leer grabada en la piedra que sostiene la escultura de Isabel II.

Uno de los detalles que no ha pasado por desapercibidos por ninguno de los visitantes que se han acercado a ver la escultura en persona es la presencia de los perros más amados por Isabel II, los corgis. Se sabe que la reina tenía una relación muy especial con las mascotas que hacían tanta compañía en momentos de reflexión personal e individual. A menos de dos semanas de celebrar el primer año desde que Carlos III fue proclamado rey, este pequeño pueblo del Reino Unido ha querido celebrar la vida y el legado de Isabel II, una reina que difícilmente olvidarán.

Escultura Isabel II - Twitter