Después de décadas de silencio, luchas judiciales y reproches públicos, Isabel Pantoja ha tomado una decisión que nadie esperaba: abandonar la polémica herencia de Paquirri en Cantora. Los trajes de luces, los objetos personales y otros recuerdos del torero que la artista se negó a entregar a sus hijos Cayetano y Francisco Rivera han quedado, según fuentes cercanas, acumulando polvo en una habitación secreta de la finca.
El traslado de la cantante a su nueva residencia en La Finca de Pozuelo de Alarcón, una de las zonas más exclusivas de Madrid, ha destapado el misterio. Luis Pliego, colaborador de ‘TardeAR’, reveló que Isabel no se ha llevado ninguno de estos preciados objetos. “Ha recogido unas cuantas cosas y las que no, no las ha dejado custodiadas por alguien ni en un guardamuebles”, explicó en directo. Los hermanos Rivera, que llevan casi 40 años luchando por obtener lo que legalmente les corresponde, no han ocultado su indignación en numerosas ocasiones. Francisco Rivera fue especialmente duro al afirmar que “Isabel Pantoja es una mala persona” por retener estos bienes con una actitud que calificó de cruel e injusta.
Una habitación llena de fantasmas
La famosa habitación secreta de Cantora, donde se cree que Isabel Pantoja guardó celosamente la herencia de Paquirri, ha sido el epicentro de especulaciones durante años. Kiko Rivera destapó el misterio en ‘La herencia envenenada’, un programa que supuso un terremoto mediático y familiar. El DJ relató cómo, tras años de silencio, descubrió los objetos escondidos, generando una nueva ola de enfrentamientos con su madre.
Ahora, con Isabel instalada en Madrid, la pregunta es clara: ¿qué pasará con la finca y sus secretos? Luis Pliego planteó que Cantora podría transformarse en un hotel rural o una finca turística, donde, irónicamente, cualquiera podría acceder a los recuerdos de Paquirri que durante décadas fueron inaccesibles para sus propios hijos. “El día que alguien abra esa habitación, los fantasmas del pasado volverán a salir a la luz”, sentenció Pliego, dejando entrever que el destino final de la herencia sigue siendo una incógnita.
¿Qué será de la herencia? ¿Volverán los hermanos Rivera a emprender acciones legales? El legado de Paquirri sigue siendo una herida abierta, no solo en la familia, sino en la opinión pública, que asiste atónita a uno de los capítulos más largos y desgarradores de la crónica rosa española. La habitación secreta de Cantora sigue cerrada, pero sus secretos están a punto de explotar. ¿Se abrirán las puertas por fin?