El bombardeo de Telecinco contra Isabel Pantoja no se detiene. Los misiles llegan por todos lados: el hijo Kiko la quiere demandar, la hija Isa Pi cierra filas con su hermano, la sobrina Anabel está castigada por formar parte de 'Sálvame'... No hay una tarde tranquila para la cantante. Tampoco en su casa, que es un coladero. Hace dos semanas un individuo entró en la finca Cantora y se fotografió en diferentes lugares mientras Isabel, su anciana madre y el tito Agustín dormían. Un asalto sin consecuencias graves, pero que pone de manifiesto la falta de medidas de seguridad del dominio Pantojil, allí donde supuestamente guarda los tesoros de la herencia de Paquirri, la madre del cordero de la guerra familiar.
Finca 'Cantora' / Telecinco
Asalto a 'Cantora' / T5
El incidente, sin embargo, ha sido demasiado goloso para el programa de Mediaset, que quiere poner a Pantoja al límite. No contentos con enseñar los testimonios gráficos, han ofrecido un manual de cómo entrar en la finca más famosa del chismorreo español. A través de un experto en seguridad, han explicado punto por punto todas las posibilidades para los potenciales ladrones, delincuentes y/o fisgones pasados de vueltas. Puertas hechas puré, candados que no evitarían ni el robo de una bicicleta, caminos sin vigilancia, vallas abiertas y que las pueden escalar incluso criaturas, etcétera. Hasta dibujaron un esquema muy fidedigno de cuáles son los puntos débiles de la propiedad, poniéndoselo bien fácil a los intrusos. Un análisis que seguramente ha hecho a Pantoja muy feliz, aunque conociéndola no se gastará ni diez euros en sistemas de protección.
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Isabel Pantoja cara de susto detrás de una puerta / Telecinco
Nuria Marín informe seguridad 'Cantora' / T5
Isabel Pantoja duerme tranquilamente / Telecinco
Dicen que Isabel está negociando una entrevista en exclusiva para poner punto y final a la pesadilla que le persigue desde hace semanas. Mejor que la acabe de cerrar, o si no que deje las llaves de Cantora en el mostrador de entrada de Mediaset, porque no pararán hasta entrar a la cocina, el lavabo o la famosa habitación de los 'trastos' del torero muerto.