El cotilleo de Telecinco tiene tres grandes temas recurrentes. Tres guerras familiares, de hecho. La de Rocío Carrasco, la de Belén Esteban y la de Isabel Pantoja. Son los valores que más cotizan y, como pasa en la Bolsa, fluctúan. Estos días son de vacas gordas: los tres están disparados. Con respecto a la vida y miserias de la tonadillera, su circo de ocho pistas ha tenido funciones especiales desde hace un par de semanas. La muerte de la madre de la cantante, la boda de Anabel Pantoja, el enfado de Kiko Rivera y su reconciliación inverosímil con una Isabel a la que destrozó literalmente hasta hace dos minutos... El tema vuelve a estar 'on fire'. Y el 'Deluxe' de Jorge Javier Vázquez se ha puesto 'pico y pala' con revelaciones incendiarias.
Invitaron a Teresa, hermana de Paquirrí, el torero con el que se casó en 1983 y que es el padre de Kiko. Una mujer que detesta a la Pantoja desde el primer día que la conoció. Su relación fue terrible, y la muerte de Francisco en la plaza de Pozoblanco disparó su enemistad por la codicia de la conocida como viuda de España. Teresa fue a plató con una misión: explicar la madre de todas las bombas sobre este matrimonio y destruir a su enemiga. ¿Cómo? Asegurando que el hombre se casó, sí, pero que quería separarse porque no confiaba en ella y tampoco soportaba a su familia. Ahora bien, el gordo de la noche era otro: uno que había callado durante 38 años.
La mujer, madre del también torero Canales Rivera, actual concursante de 'Secret Story', se sometió a la famosa máquina de la verdad de la poligrafista Conchita. Vaya, el paradigma de la verosimilitud informativa. Según el aparato Teresa no mentía cuando aseguraba que había un secreto muy oscuro de la Pantoja y que afectaba directamente a la unión de su difunto hermano. Isabel, tan enamorada como se ha vendido siempre, jugaba a dos bandas. Vaya, que era infiel incluso antes del matrimonio. Un clásico que nunca pasa de moda. "Me lo contaron y me callé, me daba miedo contarlo", se excusaba. La confesión es fuerte: aquella joven Isabel tenía un amante. Perdón, una amante. Y además, con relación de parentesco. Una familiar. En vez de ir a explicarle aquello a Paquirri, cerró la boca para siempre. "Me dolío mucho. El día de la boda estaba allí presente. Luego desapareció". Ninguna pista sobre su identidad. No quiere problemas. Lo que se dice 'tirar la piedra y esconder la mano'.
Rivera alcanzaba varios objetivos: poner en cuestión el matrimonio, la sexualidad de la cantante y su moral. Y lo hacía sin casi ensuciarse de barro, sin ninguna prueba más allá del 'a mí me dijeron que...'. Una jugada de expertos en la materia: todo es más o menos creíble, alimenta otras leyendas que circulan sobre el tema y, lo que es más importante, se ensaña con una rival que bastantes problemas tiene como para defenderse de esta revelación. Teresa no se prodiga por los platós, pero vaya, lo lleva en la sangre.
Cada uno que crea lo que considere. Pero en esta historia todos esconden cosas. Como Teresa, escandalizada porque Isabel ponía los cuernos con otra mujer, pero que de su hijo Canales, 'picaflor' oficial del reino, dice que es normal que haya sido infiel a sus parejas porque "le gustan mucho las mujeres". Vaaaya. La patita, amiga, la patita.