La vida de Isabel Pantoja vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez, el tema que desata la polémica no es su carrera musical ni sus recientes problemas de salud, sino la adopción de su hija Isa Pantoja. Según se ha dado a conocer, la tonadillera fue investigada en Perú por presuntas irregularidades en el proceso de adopción de su hija, que involucran un pago de 80.000 euros.

El escándalo ha vuelto a cobrar fuerza tras la impactante entrevista de Isa Pantoja en el programa ¡De viernes!, donde expuso inquietantes detalles sobre cómo fue "escogida" por su madre adoptiva. “Me dijo que había un montón de niños y que ella quería una niña. Cuando iba pasando por las cunas dijo ‘esa se viene conmigo’”, confesaba Isa. Pero lo que más sorprendió fue su afirmación de que Isabel no la supo proteger. “Yo me llevo todas las cosas buenas que me ha dado, le agradezco la vida, pero no me ha sabido proteger. A un hijo adoptado incluso se le intenta dar más cariño que a uno biológico”, enfatizó. Ahora, lo que antes se consideraba una conmovedora historia de adopción se ve envuelta en sospechas, y muchos se cuestionan la legalidad y transparencia del proceso. Las declaraciones de Isa, en lugar de calmar la situación, han intensificado el debate sobre un caso que se creía ya cerrado.

El turbio origen de la adopción: ¿corrupción y favores políticos?

El proceso de adopción de Isa Pantoja comenzó en 1995, cuando Isabel Pantoja, tras una gira por Latinoamérica, decidió convertirse en madre de nuevo. Pero, en lugar de recurrir a un proceso de adopción convencional, optó por un camino mucho más controvertido. Con la ayuda del empresario que organizaba sus conciertos en Perú, Domingo Castro Garanchena, Isabel se vio inmersa en un entramado de influencias que involucraba al entonces presidente, Alberto Fujimori, y su mano derecha, Vladimiro Montesinos figuras clave de uno de los períodos más sombríos en la historia peruana, marcados por la corrupción y el nepotismo, delitos que eventualmente los llevarían a prisión.

El 2 de mayo de 1996, Isabel Pantoja finalmente se llevó a Isa, quien entonces se llamaba Andrea Celeste, a España. Todo parecía haber sido llevado a cabo de manera legal, pero pronto comenzaron a surgir informes que apuntaban lo contrario. En 2002, el diario Hoy en Perú lanzó una bomba: Isabel Pantoja supuestamente pagó 80.000 euros a Montesinos para facilitar la adopción. Según estas informaciones, Domingo Castro fue el intermediario del supuesto soborno.

Isabel Pantoja lo niega todo

Pese a las graves acusaciones, Isabel Pantoja siempre ha negado cualquier irregularidad en la adopción de su hija. En 2003, la cantante compareció ante la Audiencia Nacional, asegurando que todo el proceso había sido completamente legal y que eligió Perú porque en España las viudas no podían adoptar. Sin embargo, durante la investigación se descubrió que Pantoja mintió al negar conocer a Montesinos.

Aunque el caso fue archivado en 2004 por falta de pruebas, la sombra de la corrupción seguía acechando a la tonadillera. En 2006, la Fiscalía Anticorrupción de Perú decidió reabrir el caso tras una nueva denuncia de la expolicía Julia Beatriz Escudero. A pesar de ello, la justicia no logró encontrar pruebas suficientes para incriminar a Isabel Pantoja, y el proceso fue cerrado definitivamente.