Supervivientes vivía una de sus noches más esperadas, con la vuelta de Isabel Pantoja al plató de Telecinco después de haber sido obligada a abandonar por razones médicas. La cantante, recuperada y favorita en la sala de máquinas de Mediaset (y en la tesorería), se había quedado a las puertas de la gran final, pero la entrevista prometía emociones fuertes.
Había teca, es decir, contenidos made in Telecinco: Para empezar, el reencuentro televisivo de la Panto con Jorge Javier Vázquez. Finalmente todo quedó en más ruido que nueces, con 3'5 millones de espectadores (35'6% en España) que tenían la sensación de que todo estaba tan manido que resultaba insípido. En vez de pollo a la Pantoja, eso era pollo a la plancha. El presentador intentó animar la cosa con "pactos" sacados de la manga.
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El tándem Pantoja-Vázquez concursando en GH Dúo tiene una credibilidad ínfima, pero la cuestión es crear expectativas al público y rentabilizar el lujoso fichaje de Paolo Vasile, ahora que ha acabado la aventura hondureña. "No te rajes", respondía la tonadillera, mientras cogía la mano del badalonés y ofrecía una sonrisa de aquellas de "dientes, dientes, que es lo que les jode" que popularizó cuando era la reina de Marbella junto a Julián Muñoz. Jorge Javier decía "no me rajo", pero ya tendrá tiempo para hacerlo. Eso sí, cebaba el tema recordando los problemas entre los dos y que serían su hilo argumental en el hipotético concurso. La verdad es que todo hace pensar que, siendo sinceros, no se soportan. Y cuesta esconderlo: Como cuándo le dijo que tanto ella como Chelo García Cortés eran unas vagas.
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"Al final acabamos discutiendo", alertaba con ironía la Pantoja, aunque con los que seguramente lo acabó haciendo fue con sus hijos, que la recibieron en plató a pesar de pelearse públicamente día tras día con la madre lejos de casa, revelando episodios de fiestas alocadas y sexo lésbico en el sofá de Cantora que ella desconocía. La cara bronceada y esmirriada de la artista era un poema, estallando en llantos y gemidos (especialidad de la casa). "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué si sois mi vida os lleváis tan mal?"
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Los niños, Kiko e Isa, esquivaron el show televisivo y la reprimenda materna como pudieron, al menos en las instalaciones de Telecinco. Lo que pasó después ya no lo sabemos. Vaya, que la audiencia, que se ha tragado los dramas, insultos y peripecias de los Kardashians cañís se quedó sin la mejor parte del drama. El mejor resumen de una gala y una Pantoja insípidas.