Parece que a Isabel Pantoja le ha mirado un tuerto. La cantante no consigue levantar cabeza, y cuando no es un problema familia, son económicos o judiciales. La artista recuperó su gira de conciertos cargada de altibajos. Ha prometido centrarse en su carrera artística que es donde encuentra la felicidad, en medio de la soledad que le han regalado sus hijos.

Isabel Pantoja no es una de las artistas más sencillas a la hora de contratar y llegar a un acuerdo económico. Su representante es Agustín Pantoja y siempre pide demasiados ceros. Pero ella tampoco pone las negociaciones fáciles, y es que sus exigencias son propias de una auténtica diva. La madre de Kiko Rivera exige sofás, sillas y mesas, pero también doce perchas para poder colocar de forma ordenada y limpia todos sus atuendos para sus actuaciones. Le gusta encontrarse en el camerino un ramo de flores, preferiblemente rosas blancas, sus favoritas.

Isabel Pantoja

La comida tampoco puede faltar en el camerino. Siempre pide tablas de verduras, quesos y sándwiches. En cuanto a bebida, Isabel Pantoja solicita que en el lugar en el que se prepara para sus conciertos y recibe a quienes están con ella en estas noches tan especiales, haya una botella de vino de Rioja, refrescos y varias cervezas.

Las verdaderas exigencias de Isabel Pantoja en los conciertos 

Cuando realizó parte de la gira americana también pidió un jet privado para viajar de una forma más cómoda y no ir tan cansada a sus conciertos, y de esta forma evitar a los medios de comunicación internacionales.

El promotor del show, Eduardo Guervos, solo ha confirmado que sus únicos caprichos son una botella de vino, refrescos, agua, bandejas con queso, sandwiches y embutidos en su camerino, además de un ramo de rosas blancas y un mobiliario totalmente normal: un sofá confortable, mesa, sillas y un burro para colgar sus vestidos.

Respecto a sus supuestos caprichos de diva, Guervos deja claro que “Isabel es de las artistas que menos exige, y no pide caprichos que no se puedan hacer. Hay artistas que son maníacos y piden bastante más que ella... A cualquier mujer hay que atenderla con rosas y un vinito no tiene nada de raro” desliza Guervos. A Isabel Pantoja le gusta supervisarlo absolutamente todo. “Las decisiones son de Isabel para lo bueno y para lo malo, ella lo supervisa absolutamente todo... Y su caché es el que el artista vale, lo que la gente que mete. Si tu metes mucha gente, ganas dinero. Si no metes gente, el artista puede ser muy caro o muy barato, depende del público que lleves” concluye.

Isabel Pantoja conert Castelló / GTRES