Isabel Pantoja, una de las figuras más icónicas de la música popular española, ha vuelto a ser noticia, pero esta vez no por su carrera artística, sino por una polémica relacionada con su trato hacia el personal doméstico. Según han denunciado dos de sus antiguas empleadas, la tonadillera exigía servicios a altas horas de la madrugada, como la preparación de colacaos, y les pagaba 800 euros por jornadas laborales que se extendían hasta 24 horas.  

¿Qué ocurrió con Isabel Pantoja y sus exempleadas?  

Las dos trabajadoras, Pepi Valladares, la antigua asistente personal, y a Laura del servicio, relataron a Telecinco lo difícil que fue trabajar para la cantante, utilizando este canal para hacer una denuncia firme contra Isabel Pantoja. Parece que las exempleadas se enfrentaron a largas jornadas sin descanso, en las que debían estar disponibles en todo momento para atender las necesidades de la artista a cambio de un dinero que no llegaba al salario mínimo.

Pepi no fue dada de alta hasta tres años después, cuando se vieron forzados porque sufrió un accidente laboral y no quería problemas. Hasta entonces, sus cuotas de seguridad social las había pagado ella misma: “A Isabel no le gustaba pagar la seguridad social… Y, de hecho, durante mi baja cobré gracias a Julián Muñoz y no a ella”, recogió elMon en su sitio web. Aparentemente, ninguno de los empleados de la tonadillera tenía días libres, pagas extras ni tampoco un horario fijo. Al respecto, Laura fue contundente: “Las jornadas eran de 15 o 16 horas. Siempre ha explotado a los trabajadores”. Una opinión que Pepi Valladares también comparte: “No existía un horario laboral como tal. Ella te decía cuándo te avisaba y tú tenías que estar disponible todo el día”. 

Ambas coincidieron en que el trabajo era mucho más durante la noche que durante el día. Presuntamente, estaban obligadas a despertarse cuando las llamaba a las tres o a las cinco de la madrugada porque la señora “quería un Colacao”. Pepi recuerda subir a su habitación en pijama, por supuesto, y tener que encenderle la tele “o reconfigurarla” mientras Isabel Pantoja le daba conversación “como si fueran las tres de la tarde”, porque “tiene un descontrol de horarios muy fuerte”. 

Isabel Pantoja guarda silencio ante las acusaciones  

Isabel Pantoja, por su parte, no ha hecho declaraciones públicas sobre estas acusaciones. No obstante, las trabajadoras insisten en que su objetivo es visibilizar las condiciones abusivas a las que se vieron sometidas y evitar que otras personas pasen por situaciones similares. Lo cierto es que muchas trabajadoras siguen enfrentándose a situaciones de explotación y abuso, especialmente en hogares donde las expectativas laborales son excesivas y poco claras. El caso de Isabel Pantoja y las denuncias de sus antiguas empleadas han sacado a la luz una problemática que, aunque no es nueva, sigue siendo urgente de abordar.  En este momento la sociedad tiene la oportunidad de reflexionar sobre el trato que reciben quienes trabajan en el ámbito doméstico y la importancia de garantizar condiciones laborales dignas para todos.