Entre las personas más cercanas se decía que era cuestión de días. Cuando Julián Muñoz ingresó en la UCI del HC Marbella International Hospital a consecuencia del cáncer de pulmón que padecía desde hace varios años saltaron todas las alarmas. Nadie se pronunciaba al respecto, ni Mayte ni su nieto, solo dejaban claro que su estado era delicado.
La última aparición pública de Julián Muñoz fue el pasado 13 de septiembre cuando grabó su última entrevista pública para el programa ‘De Viernes’, que emitirá el programa este miércoles por la noche con motivo de su fallecimiento, será una entrevista póstuma. "Me detectaron el cáncer en enero, después de una caída. Es un tumor pulmonar", relató antes de dar las gracias a las personas que estuvieron a su lado.
Julián Muñoz fue alcalde de Marbella a principios de los 2.000 y saltó a la fama cuando se confirmó su romance con Isabel Pantoja. Se convirtieron en una de las parejas más mediáticas, aunque antes mantuvo una relación con Mayte Zaldívar, con quien ha continuado hasta el final. Su declive llegó cuando se vio inmerso en una trama de corrupción política en la que también se vio involucrada la tonadillera, momento en que su relación se truncó. Y desde entonces ninguno de los dos ha mantenido una buena relación.
Isabel Pantoja no ha querido saber nada de Julián Muñoz
En 2021 obtuvo la libertad condicional por tener "una pluripatología grave e incurable, a la cual se añade la afección oftalmológica que ahora padece y que también es incurable”. Muñoz no solo ha tenido que luchar contra el "cáncer galopante" que finalmente acabó con su vida, pues también ha tenido que pasar por un ictus, varios infartos y una diabetes que le provocó la pérdida de visión de un ojo.
Isabel Pantoja sabía que estaba en sus últimas horas, pero ni tan siquiera le envió un mensaje a él ni a nadie de su familia. Fuentes cercanas a la madre de Kiko Rivera afirman que “le da igual, no quiere saber nada”. La cantante no ha aparecido por el tanatorio en el que descansaban sus restos mortales, y tampoco ha querido estar presente en el entierre para darle el último adiós. Julián Muñoz es historia de su pasado y prefiere hacerle desaparecer del mapa. Isabel no quiere ni pronunciar su nombre. Desde que tuviese que rendir cuentas con la justicia, ya no ha querido saber nada más de él. No se alegra de su muerte ni la de nadie, pero le da exactamente igual.