Isabel Pantoja, la reina indiscutible de la copla, ha protagonizado innumerables escándalos a lo largo de su vida, pero pocos tan impactantes como el día en que se enfrentó a su madre, Doña Ana Martín, por una mujer. Esa mujer no era otra que Encarna Sánchez, la poderosa y polémica locutora de radio, cuya influencia en la vida de Isabel desencadenó uno de los episodios más oscuros en la relación madre-hija.
Todo comenzó tras la trágica muerte de Paquirri, el gran amor de Isabel. Sumida en el dolor, la cantante encontró consuelo en la amistad de Encarna Sánchez, una figura fuerte y protectora que pronto se convirtió en su mayor confidente. Sin embargo, esta cercanía despertó las alarmas en Doña Ana, quien jamás imaginó que su hija, una vez casada y con un hijo, pudiera verse envuelta en una relación tan intensa con otra mujer.
El escándalo estalló cuando la madre de la tonadillera sorprendió a Isabel y Encarna en una situación comprometida en una habitación de hotel. Según ha revelado Kiko Matamoros en Sálvame, la madre de la tonadillera quedó devastada al encontrar a las dos mujeres juntas en la cama. Llorando desconsoladamente, Doña Ana buscó refugio en Tony Caravaca, el representante de Isabel, quien poco pudo hacer para calmarla. La relación entre madre e hija se deterioró rápidamente desde ese momento.
“Si quieres, vete”: La frase que rompió la relación de Isabel Pantoja y su madre
El dolor y la confusión llevaron a Doña Ana a tomar una decisión drástica. A pesar de su desagrado, dejó atrás su amada Cantora para seguir a Isabel hasta La Moraleja, donde la cantante se había mudado para estar más cerca de Encarna. Pero la convivencia se tornó insoportable. Las tensiones estallaron cuando Doña Ana confrontó a Isabel en la finca de Cantora, recriminándole el rumbo que estaba tomando su vida. La respuesta de Isabel fue fría y contundente: "Pues si quieres, vete". Y así lo hizo. Con el corazón roto, Doña Ana tomó su bolso y decidió poner tierra de por medio y tomó un taxi hacia Sevilla. Un viaje que, aunque físico, simbolizó años de distancia emocional entre madre e hija, distancia que solo se acortó cuando la relación entre Isabel y Encarna llegó a su fin.
Los celos y la gota que colmó el vaso
La obsesiva protección de Encarna Sánchez hacia Isabel alcanzó su punto álgido cuando mostró celos incluso del cariño que Kiko Rivera le profesaba a su madre. La periodista, temerosa de los "virus" que los niños podrían contagiarle, llegó a arremeter contra el pequeño, desatando la furia de Isabel. Este incidente, sumado a otras tensiones acumuladas, llevó finalmente a la ruptura entre la cantante y la locutora.
Cuando Isabel se aleja definitivamente de Encarna, decide adoptar a una niña, un sueño que la locutora nunca apoyó. Con esa relación atrás, Isabel retomó el contacto con su madre, quien regresó a su lado como siempre, incondicional. Doña Ana volvió a Cantora, donde pasó sus últimos años junto a Isabel, hasta su fallecimiento en 2021. Juntas hasta el final, madre e hija lograron superar uno de los capítulos más dolorosos de sus vidas, demostrando que, a pesar de los líos y traiciones, el lazo de sangre siempre puede más.