Isabel Preysler está muy preocupada, Tamara Falcó se ha encabezonado en la idea de ser madre. Se casó con Íñigo Onieva por ese fin, pero ahora se ha conocido que podría haber sido a la desesperada y no por amor. Superaba los cuarenta años, una edad más complicada para formar una familia. Tras la infidelidad volvía a quedarse sin pareja, y tenía que empezar todo el proceso de conocerse, convivir y casarse de nuevo, retrasando aún más sus planes y su edad.
A Tamara Falcó le está costando mucho esfuerzo y dinero quedarse embarazada, de hecho, ya habría perdido la ilusión. Incluso Íñigo Onieva estaría a otros asuntos. La marquesa de Griñón tiene otras posibilidades, pero son más artificiales y no concuerdan con sus creencias religiosas, por ello las ha apartado, y piensa que si Dios no le manda un bebé es que no debe ser madre.
Íñigo Onieva y Tamara Falcó podrían romper su relación
Se habla de nuevo de una crisis en el matrimonio formado por Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Ya se ha vuelto a ver a la colaboradora con su madre, alguna vez ha pasado la noche con ella. El proceso de convertirse en padres les está desgastando y está provocando una gran crisis.
Tamara Falcó le ha pedido más tiempo a Íñigo Onieva para estar juntos, tiene demasiados compromisos profesionales y quiere que baje un poco el nivel para darle más atención. Se muestra desatendida. No está centrado y parece que no le motiva la idea de formar una familia con ella. El joven está inmerso en su primer restaurante de lujo en Madrid, del que ahora es administrador único.
En los últimos meses, Íñigo Onieva no ha dejado de viajar para coger ideas de platos. Hace unos días dio buena cuenta en sus redes de un viaje a Nueva York en el que ha mencionado más de veinte locales que parece haber visitado.
Parece que estas Navidades podrían ser muy distintas para Isabel Preysler. Con la familia cada vez más distanciada. Incluso podría cenar sola con su hija Tamara, en caso de que Íñigo y ella rompiesen la relación.
