Es un arte recibir invitados en casa. Y si nos referimos a alguien que tiene conocimiento de estos detalles, esa es Isabel Preysler. La comunidad social, siempre en la cima de las tendencias y de los gestos mínimos que hacen la diferencia, posee un ritual único para equipar su casa cuando se prepara para acoger a sus amigos y seres queridos. Este ritual no solo abarca una decoración excelente o una cena adecuadamente preparada; también abarca un detalle mucho más personal y único: un perfume que adquiere en Londres, exclusivamente para su hogar, con el objetivo de generar un ambiente único cuando recibe a sus invitados.

Isabel Preysler y su perfume exclusivo para el hogar

Isabel Preysler es reconocida por su elegancia y estilo, pero también por su habilidad para generar un entorno sofisticado y acogedor en su casa. De acuerdo con lo que su hija, Tamara Falcó, reveló en su participación en “El Hormiguero” en 2021, Isabel posee un perfume muy particular, el cual adquiere únicamente en Londres. Lo peculiar de este perfume es que únicamente lo emplea para perfumar la vivienda cuando cuenta con invitados. Es un ritual que distingue, un matiz particular que otorga personalidad a la casa de Preysler, generando un entorno acogedor y singular para aquellos que la visitan.

Es asombrosa la selección de este perfume, con un aroma de nardo. El nardo no es un aroma frecuentemente empleado para ambientar, pero para Isabel, este perfume es el elemento esencial para que su hogar posea un aroma exclusivo y distinguido, algo que no se halla en cualquier casa. El perfume se esparcía en las lámparas, de tal forma que el aroma se desprende gradualmente mientras se ingiere, impregnando las zonas de su hogar de un aroma dulce y cautivador. Este aspecto no solo refleja su buen gusto, sino también su compromiso en la creación de una experiencia sensorial integral para sus visitantes.

Un entorno que promueve el diálogo

Según Isabel Preysler, los pormenores hacen la diferencia. Y este aroma único para su hogar es solo un componente de su preparación para acoger visitas. En numerosos hogares, las anfitrionas se empeñan en que todo esté en perfectas condiciones, desde la higiene hasta la preparación de los alimentos, pero lo que verdaderamente hace que los visitantes se sientan a gusto es el ambiente. El entorno de una vivienda puede cambiar totalmente debido a los aromas, los colores y la organización de los objetos. Isabel comprende que la experiencia de tener invitados en el hogar no se restringe a un menú agradable o una copa de vino; se trata de generar un ambiente donde los individuos se sientan únicos. El aroma de nardo es solo uno de los numerosos detalles mínimos que permiten a sus invitados gozar de una velada memorable. 

A pesar de que la esencia pueda parecer modesta, es una de esas delicadezas que consiguen que todos se sientan acogidos, a gusto y en el sitio correcto para mantener un buen diálogo. En última instancia, el ritual de Isabel Preysler va más allá de un aroma o una lámpara de aroma, representa su filosofía como anfitriona: un cuidado perfecto de los detalles, para que cada visitante se sienta a gusto, relajado y como si estuviera en su hogar. Y, por supuesto, es un recordatorio de que los gestos mínimos son los que hacen la diferencia, generando memorias que perduran mucho después de que la última vela se apague.