Isabel Preysler en crisis. De las gordas, de las que hacen daño. ¿Sentimental? No. Económica. El verdadero talón de Aquiles en Villameona, sin pasta no hay paraíso. La filipina ha sido una máquina de hacer exmaridos, pero sobre todo ganar dinero. Además de las exclusivas en su revista de cabecera, ha sido la mujer anuncio por antonomasia. Durante muchos años ejercía de embajadora de marcas muy conocidas, pero el teléfono ha dejado de sonar porque su trono ha sido ocupado por Tamara Falcó. La hija factura lo que antes era territorio Preysler, y claro: con el ritmo de vida escandalosamente opulento que gasta, o entra dinero en la caja, o aquello es una sangría. Justamente lo que está pasando a sus 72 años. Drama.

Viendo el panorama actual, con la boda de la niña a la vuelta de la esquina y todos los sufrimientos y gastos que implica, la cosa se complica. Tocaba buscar trabajo, ofrecerse al mejor postor, explorar nuevas vías de financiación. Por eso el anuncio de hace unos días de la plataforma Disney+, eso de "Isabel Preysler nos enseñará como prepara la época más especial del año". Un subproducto de documental sobre la Navidad, que sabemos que lo vive a todo trapo y no se priva de nada. La factura de Papá Noel es tremebunda y hay que pagarla. ¿Cómo? Con los cheques de Mickey Mouse, del Rey León o de Peter Pan. Paradojas de la vida.

Isabel Preysler vuelve a la televisión porque la bolsa no suena. Pobre Ambrosio

Estos días la residencia de Isabel en La Moraleja se ha convertido en un set de televisión. No es ni mucho menos su primera incursión en el medio: en 1998 hacía sus pinitos como presentadora con un fracaso gigantesco en Telecinco, el Hoy en casa. Las críticas fueron demoledoras, "gélida, artificial y poco natural," y tras 6 emisiones lo retiraron de la parrilla. Después tenemos el apartado de publicidades y spots televisivos, con el famosísimo anuncio de bombones como paradigma. Sí, aquel en el que hacía de anfitriona de fiestas de postín y acababa reclamando al mayordomo Ambrosio las chocolatinas de las narices. Ay, Ambrosio. Pobrecito. Ahora, en 2023, ya no existe. Lo han echado, a la calle. Despedido. Hay que recortar gastos y sobra.

Isabel Preysler Hoy en Casa Telecinco
Isabel Preysler en 'Hoy en Casa' / TP, Telecinco
Ambrosio, el mayordomo de Isabel Preysler / Youtube

A la calle, purga de la Preysler entre sus empleados

Leemos que la socialité está tomando medidas drásticas, recortes, ajustes de presupuesto. Vacas flacas. Marisa Martín Blázquez, colaboradora de Telecinco, explica que "su principal fuente de ingresos eran las marcas de la que ella era imagen. No quiere decir esto que ahora no esté ganando con eso, pero no se ha sabido reinventar. Ha fallado, le ofrecieron renovarse con redes sociales y ha salido fatal". La situación no es de alarma total, pero sí un al loro: "No es que esté tiesa, pero aceptó este proyecto para tener un respiro. Antes de aceptar pidió permiso a sus hijos, porque sabe que les va a afectar de algún modo. Pero ellos estaban encantados". Si la mamá factura y sonríe, menos problemas, claro. Los que no sonreirán, sin embargo, son todos los empleados del servicio doméstico que ha despedido desde hace un tiempo. Una escabechina en toda regla.

Isabel Preysler / Youtube

Isabel no hace prisioneros ni tampoco tiene una ONG. Bueno, solo una: la suya.