Isabel Preysler, conocida como la "Reina de Corazones" en la sociedad española, ha sido durante décadas un referente de elegancia y sofisticación. Sin embargo, recientes informes sugieren que su imagen pública y su influencia en el mundo de la moda y la publicidad han experimentado un notable declive. Según fuentes consultadas por elcierredigital.com, la presencia de Isabel Preysler en eventos de moda solía ser altamente valorada, llegando a cobrar alrededor de 10.000 euros por asistir a desfiles. No obstante, con el paso del tiempo, su atractivo para las firmas de lujo ha disminuido significativamente. Esta pérdida de interés se ha traducido en una reducción de sus ingresos por apariciones públicas y colaboraciones comerciales.
Este declive en su imagen ha tenido repercusiones en su situación financiera personal. Informes recientes indican que su hijo, el reconocido cantante Enrique Iglesias, ha asumido parte de los gastos asociados al mantenimiento de la residencia de su madre, conocida como "Villa Meona". Esta mansión, situada en la exclusiva urbanización de Puerta de Hierro en Madrid, es emblemática por su lujo y amplitud, pero también por los elevados costos que conlleva su mantenimiento.
Además, proyectos empresariales recientes de Isabel Preysler no han alcanzado el éxito esperado. Un ejemplo de ello es su incursión en el sector de la cosmética con la marca 'My Cream', que incluía productos como crema de día, sérum y contorno de ojos. Lanzada hace una década, la firma no logró consolidarse en el mercado, lo que llevó a que una empresa de Calatayud asumiera su gestión. Este cambio evidenció las dificultades para mantener la relevancia de la marca en un sector altamente competitivo.
La pérdida de valor de su imagen también se refleja en el ámbito publicitario. Marcas que anteriormente buscaban asociarse con Isabel Preysler han reducido su interés, optando por figuras más jóvenes y con mayor conexión con las nuevas generaciones. Este cambio en las preferencias de las firmas ha afectado sus ingresos por contratos publicitarios, disminuyendo su presencia en campañas de alto perfil.
La trayectoria de Isabel Preysler ha experimentado un descenso en su influencia y atractivo comercial. Factores como la pérdida de relevancia en el sector publicitario, proyectos empresariales fallidos y desafíos financieros personales han contribuido a este declive. Mientras tanto, figuras emergentes como su hija Tamara Falcó han tomado el relevo, adaptándose a las nuevas dinámicas del mercado y manteniendo viva la presencia de la familia en el panorama mediático.
Quiere sacar dinero con nuevos proyectos
Un intento de revitalizar su presencia mediática fue el especial navideño "Isabel Preysler: Mi Navidad", emitido en la plataforma Disney+. Este programa buscaba mostrar una faceta más íntima de la socialité, pero no logró captar la atención de la audiencia, reflejando una desconexión con el público actual.
Su vivienda le está generando muchos gastos
La mansión "Villa Meona", construida junto a su difunto esposo Miguel Boyer, ha sido símbolo de su estatus social. Sin embargo, el elevado costo de su mantenimiento, que se estima en alrededor de 20.000 euros mensuales, representa una carga financiera significativa. Esta situación ha llevado a considerar la posibilidad de vender la propiedad y optar por una residencia más acorde con sus necesidades actuales.