Isabel Preysler, la icónica socialité española, ha sido una figura constante en la alta sociedad y los medios de comunicación desde principios de los años 70. Sin embargo, recientemente se ha informado que ha dejado de cobrar la cuantiosa suma de dinero que se solía embolsar, por la disminución tanto en su caché como en su repercusión mediática. Según expertos, la razón principal de esta disminución es la creciente popularidad de sus hijas, Ana Boyer y Tamara Falcó, que han comenzado a tomar el relevo en el mundo de la moda y la publicidad. Ambas herederas han logrado captar la atención de las marcas y los medios, lo que ha llevado a una reducción en los ingresos de Isabel por eventos y colaboraciones.   

La cuantiosa suma de dinero que recibía Isabel Preysler 

En el pasado, la famosa socialité llegó a recibir hasta 50.000 euros por asistir a eventos, tan solo por ir a posar en el photocall y compartir confidencias con sus amigos, cifra que podría verde doblada si en el programa de la fiesta indica que en el photocall debe atender a las preguntas de los reporteros. La madre de Tamara Falcó tenía noches redondas y bien remuneradas, tal y como asegura La Razón en su sitio web.  

Pero eso no es todo, en el pasado, de acuerdo con el experto José Noblejas, durante su participación en el programa Espejo Público, detalló la jugosa cifra que la socialité se podría llevar con tan solo colgar una foto o un vídeo a su perfil mostrando su mejor sonrisa junto a un producto patrocinado podía llegar hasta los 10.000 euros por post. Aunque precisó que incluso esta suma podría llegar a incrementar según la ocasión: “Podría facturarlo perfectamente. La horquilla que hemos detectado está entre los 10.000 y los 13.000 euros”, aseguró. 

La popularidad de Isabel Preysler ha disminuido 

No obstante, en los últimos tiempos, el caché de Isabel Preysler ha disminuido significativamente. Este cambio se debe en parte a la evolución del panorama mediático y a la aparición de nuevas caras que han captado la atención del público y de las marcas. Aunque ha sabido mantenerse relevante a lo largo de los años gracias a su habilidad para adaptarse y reinventarse. La famosa ha sido una figura constante en las revistas del corazón y en los eventos de alta sociedad, siempre mostrando su estilo impecable y su carisma. Sin embargo, como toda figura pública, su repercusión mediática ha comenzado a menguar, reflejando un cambio natural en el ciclo de la fama. 

En este contexto de transición, Isabel Preysler ha comenzado a ceder protagonismo a sus hijas, Ana Boyer y Tamara Falcó. Ambas han heredado el encanto y la presencia de su madre, convirtiéndose en figuras destacadas por derecho propio. Ana, con su elegancia y discreción, y Tamara, con su carisma y participación en programas de televisión, han sabido captar la atención del público y de las marcas, convirtiéndose en las nuevas embajadoras del legado Preysler. A pesar de esta situación, Isabel Preysler sigue siendo una figura influyente y respetada en la industria. Su experiencia y elegancia siguen siendo valoradas, aunque ahora comparte el escenario con sus hijas, quienes parecen estar en camino de convertirse en las nuevas embajadoras de la familia.