Desde el escándalo de infidelidad de Íñigo Onieva, el ambiente en la familia de Tamara Falcó se ha vuelto irrespirable. Isabel Preysler, con su carácter fuerte y su rol como matriarca, reaccionó de inmediato al desliz de su yerno, enviando un mensaje contundente: “Íñigo, mantente alejado de mi hija. Ni la llames ni te acerques ni te pongas en contacto con ella”. La reacción de Isabel, difundida por todos los medios, dejó claro que jamás ha confiado en el empresario y que, en su opinión, su relación con Tamara es una bomba de tiempo.

Incluso antes de la boda, la socialité de origen filipino trató de advertir a su hija del riesgo de continuar con Onieva. Federico Jiménez de Losantos, en ‘Tarde AR’, relató que Preysler no dudó en aconsejar a Tamara: “Te lo hará otra vez” le dijo. La desconfianza de Isabel hacia Onieva es evidente, y parece que no ha perdido oportunidad de recordárselo a su hija. Sin embargo, la marquesa de Griñón, en un acto de fe, insistió en seguir adelante con Íñigo, quien buscó una reconciliación mediante una carta manuscrita dirigida a la madre de su entonces prometida, expresando su arrepentimiento y su compromiso con la felicidad de Tamara. No obstante, los esfuerzos de Onieva para ganarse la aprobación de su suegra no han dado resultado, y su relación con Isabel continúa siendo tensa y distante. De hecho, la periodista Gema López reveló que la conexión entre Isabel e Íñigo es complicada, ya que “no empatizaban ni tenía buena sintonía con él”.

Íñigo Onieva, bajo la lupa de Isabel Preysler: desconfianza total

Fuentes cercanas al entorno de Tamara Falcó afirman que la relación entre Isabel Preysler y su yerno es tan distante que no pasa un solo momento sin que la socialité siga de cerca cada paso de Onieva. Isabel, escéptica de los cambios en el comportamiento de Íñigo, observa con lupa cada gesto y decisión del empresario, temiendo que cualquier paso en falso afecte a Tamara. Además, los hermanos de la marquesa de Griñón también han tomado partido, colocándose del lado de su madre y viendo en Íñigo a alguien que no busca realmente el bienestar de su hermana, sino una oportunidad para elevar su posición en el estatus social de la élite española.

El matrimonio de Tamara Falcó e Íñigo Onieva enfrenta desafíos externos

Este “escudo familiar” liderado por Isabel parece estar afectando seriamente la relación entre Tamara e Íñigo. Según fuentes cercanas, la presión es tal que las discusiones en la pareja son cada vez más frecuentes. A pesar de sus intentos por formar una familia, el ambiente se torna cada vez más hostil debido a la influencia de Isabel, quien no parece dispuesta a soltar las riendas y a permitir que Tamara vuelva a sufrir por culpa de Onieva.

Así que, mientras Isabel Preysler mantiene su desconfianza en lo más alto, la estabilidad del matrimonio de Tamara Falcó parece pender de un hilo. Las tensiones no han cesado, y las repetidas advertencias de Isabel han calado en la pareja, creando un ambiente de constante incertidumbre. Íñigo, en un intento desesperado por salvar la relación, ha intentado ganarse el favor de su suegra, pero la socialité sigue convencida de que su yerno no es de fiar y que su relación con Tamara terminará mal.