Últimamente, aquellos románticos que creen en el amor de por vida, en una vida de color de rosa llena de corazones y en vivir toda la vida al lado de la misma persona, lo tienen francamente complicado para seguir con su filosofía de vida. Solo hace falta que echen un vistazo a su alrededor para deprimirse. Porque no hay día que alguna pareja de celebrities se rompa, se vaya al garete. Y lo que es peor, después de partir peras, asistimos a una lapidación pública de los diferentes cónyuges, haciendo trajes a medida a quien hasta hace poco, eran el hombre/mujer de su vida. Que se lo pregunten, si no, a Shakira y Piqué, donde cada nuevo tema de la cantante colombiana va todavía más a saco que el anterior, y donde las bofetadas van que vuelan. Shakira y Piqué han vuelto a avanzar en la carrera de VIPS separados que alborotan al personal. Han vuelto a la posición de hace unos meses. Pero hasta hace poco, otra pareja de famosos era de la cual hablaba todo el mundo: Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler GTRES

La empresaria filipina y el escritor peruano, desde que se separaron, se han ido dedicando pullitas, y han ido dejando caer, vía sus acólitos, algunos hechos vergonzosos de sus respectivas exparejas. El El programa de Ana Rosa destacaban que "Preysler insiste en que rompieron por los celos del Nóbel. Él lo desmiente". En esRadio hablaban de una bronca mayúscula de la cual fue testigo una amiga íntima de Isabel Preysler sobre una sonada discusión que habría tenido lugar el pasado 30 de noviembre, cuando la Preysler estaba hablando por teléfono con una amiga, encerrada en el lavabo después de una fiesta, cuando él "Irrumpió en el baño y se mostró muy antipático con la filipina. Le montó una escena de celos que la amiga de Isabel, al otro lado del teléfono, escuchó sin pretenderlo".

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa GTRES

Alfonso Arús, en su magnífico Aruser@s de La Sexta, recordaba un texto de hace un par de años del escritor, Los Vientos, donde se puede leer un jugoso fragmento que seguro que remite a todo el mundo a lo que ahora está pasando. Un texto que ahora cobra nuevo sentido: "Nunca la quise. Fue un enamoramiento violento y pasajero, una de esas locuras que revientan una vida. Por hacer lo que hice, mi vida se reventó y ya nunca más fui feliz. Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esas pichula que ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí". A nadie se le escapa que Shakiro Llosa, como lo bautizó Arús, estaba hablando ya entonces de la Preysler. "Además, considerando que su mujer se llama Carmen Patricia y que la protagonista de este cuento de 'Los Vientos' se llama 'Carmencita'... hay quien quiere ver tintes claramente autobiográficos", añadía el presentador.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa GTRES

Un texto del cual hasta ahora solo se había sabido este fragmento de la pichula, o releerlo quien lo tuviera por su casa. Pero ahora, la Preysler tiembla porque el jueves se publicará el texto íntegro, que será público a ojos de todo el mundo. Todo el texto entero que habría escrito Vargas Llosa en octubre del 2021, teniendo a la Preysler en sus pensamientos. Preparémonos para las interpretaciones y los dobles sentidos. Porque ahora, aquella pieza publicada en la revista Letras libres será nuevamente publicada, esta vez en el suplemento literario 'Abril' y los diarios del Grupo Prensa Ibérica. Un cuento que entonces pasó desapercibido y que ahora ha cogido un nuevo vuelo, y que explicaría el desamor de la pareja, una especie de confesión por parte de Vargas Llosa del sentimiento de soledad y desconexión que sentía hacia su célebre pareja. Y lo hacía en un texto con pasajes escatológicos, nada extraño si tenemos en cuenta que el título del texto hace referencia a las ventosidades, a los pedos que se le escapan al protagonista.

Isabel Preysler y Vargas Llosa GTRES

¿Qué se encontrarán los lectores, el jueves, aparte del mencionado fragmento de la pichula? "Por hacer lo que hice, mi vida se reventó y ya nunca más fui feliz", dice el protagonista, incapaz de recordar la dirección de su casa, casualmente, la misma que la del escritor en el centro de Madrid. Tampoco faltarán los que verán una metáfora entre la vida que llevaba el peruano al lado de la Preysler con el panorama triste que explica el protagonista y su problema físico: Cuando me desperté estaba con escalofríos y había disminuido la luz natural. Tenía la horrible sensación de que, cuando dormía, además de despedir vientos, se me había soltado el estómago y salido la caca. Limpiarme con cuidado, lavar con lejía el calzoncillo y el pantalón llenos de mierda". Mierda como la que ahora protagoniza la ruptura entre los dos.