Isabel Preysler está centrada en sus hijos y sus nietos. A día de hoy no mantiene ninguna relación sentimental. El pasado mes de diciembre comunicó su ruptura oficial con Mario Vargas Llosa, aunque hace meses que habían roto su relación. Incluso un año antes rompieron, pero finalmente arreglaron las cosas y se dieron otra oportunidad. La de Porcelanosa no ha tenido mucha suerte en el amor aunque ha conseguido una familia numerosa con sus tres maridos, Julio Iglesias, Carlos Falcó y Miguel Boyer.
Es la primera vez que alguien deja plantada a Isabel Preysler, y eso ha sido para ella toda una humillación. Parece que las aguas se han calmado, pero la tormenta explotó cuando se hizo pública la ruptura. A Mario Vargas Llosa no le gustó que concediese una exclusiva con este tema. Es en ese momento cuando se analizó con lupa uno de los relatos del escritor, ‘Los vientos’. Allí habla de dos personas que podrían ser perfectamente la madre de Tamara Falcó y él mismo.
El escrito es autobiográfico. Narra la historia de cama de los últimos diez años de Mario Vargas Llosa. Reconoce que nunca estuvo enamorado de Isabel Preysler, solo “fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón”. “De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. ¿Por qué sigo diciendo 'pichula', algo que no dice nadie en España?”, empieza diciendo el escritor.
Mario Vargas Llosa tomaba químicos para mantener relaciones íntimas
Mario Vargas Llosa conoció a Isabel Preysler en una entrevista para ‘Hola’ que le realizó ella en 1986. El peruano se quedó prendido de la belleza de la ‘socialité’, pero a ella no le interesó. Le dijo que le llamase cuando fuese Premio Nobel.
“Tampoco imaginamos nunca que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir cien años, y, sin embargo, ahí estamos buen número de bípedos para demostrar que no era inalcanzable. Y, sobre todo, que hombres y mujeres pudiéramos durar tanto conservando la lucidez y disfrutando de la vida, incluido el sexo. No hablo por mí, claro, pero mucha gente que debe de tener mi edad, más o menos, disfruta todavía haciendo el amor, aunque yo no forme parte de ella (La última vez que hice el amor sin ayuda química fue hace unos diez años, creo, o por ahí, me parece)”, añade el Premio Nobel, reconociendo que por si solo ha sido incapaz de dar la talla.
En estos últimos años de relación con Isabel Preysler, Mario Vargas Llosa tenía que hacer uso de químicos para satisfacer las necesidades de la ‘socialité’. El aparato reproductor del peruano ya no funcionaba.