La relación entre Isabel Preysler y el escritor Mario Vargas Llosa fue uno de los romances más comentados en programas del corazón y revistas de papel cuché desde que se dio a conocer en 2015. Durante siete años, esta pareja mantuvo a la prensa del corazón y a los seguidores de ambos atentos a cada uno de sus movimientos. Sin embargo, a finales de 2022, su relación llegó a su fin de manera abrupta, lo que desató una ola de especulaciones sobre los motivos detrás de la ruptura.
Entre las muchas teorías que se han planteado, una de las más sorprendentes y reveladoras tiene que ver con los "revoloteos sentimentales" de Vargas Llosa, que habrían sido constantes durante su relación con Isabel. Según diversas fuentes, la socialité habría sorprendido en más de una ocasión al escritor en compañía de otras mujeres, lo que finalmente habría desgastado la relación y llevado a su final.
Isabel Preysler no soportó los flirteos de Mario Vargas Llosa con otras mujeres
Según la periodista Paloma Barrientos, quien lanzó una nueva versión de su libro "Isabel Preysler, reina de corazones", Isabel no pudo seguir tolerando las escapadas románticas de Vargas Llosa. En su libro, Barrientos relata que Isabel Preysler confesó a su círculo más cercano que los flirteos y coqueteos del escritor con otras mujeres no eran eventos aislados, sino algo que se repetía con cierta frecuencia. Estas "aventuras" habrían sido la gota que colmó el vaso y que finalmente rompió una relación que, en apariencia, parecía sólida y feliz.
Aunque la pareja mantuvo las apariencias públicas durante años, la realidad de su convivencia era muy distinta. Según los informes, Isabel Preysler habría intentado en varias ocasiones abordar el tema con Mario Vargas Llosa, pero las tensiones crecieron y las discusiones se volvieron inevitables. Vargas Llosa, por su parte, habría minimizado la gravedad de sus encuentros con otras mujeres, algo que, evidentemente, no fue suficiente para apaciguar los sentimientos de Isabel.
A lo largo de su relación, Vargas Llosa siempre fue un hombre muy admirado tanto en los círculos literarios como en la alta sociedad, lo que no le impidió caer en la tentación de los "revoloteos sentimentales". Por su parte, Isabel Preysler, conocida por su elegancia y discreción, mantuvo durante años una fachada de normalidad, pero los rumores de infidelidades eran difíciles de ignorar. Según las declaraciones de personas cercanas a la pareja, Isabel había sorprendido al escritor en varias ocasiones con otras mujeres, una situación que fue minando su confianza y respeto en la relación.