Lo avisó horas antes de presentarse en el plató de  Preguntes Freqüents en TV3: "Esta noche habra jari". Lo decía el periodista de Ok Diario Israel García-Juez, y cumplía su palabra, montando el espectáculo al más puro estilo Eduardo Inda. Maleducado, agresivo, provocador y sobreexcitado, como nos tiene acostumbrado, con la única motivación de disparar contra Catalunya, su gobierno y las ideas políticas de muchos ciudadanos del país. Un país que paga por tener su dosis de bilis ultra cada semana en el principal programa de la cadena pública. Un show que ha asqueado a la audiencia, una vez más, y que ha hecho que algunos pongan en marcha una campaña de recogida de firmas para evitar que este polemista vuelva a los estudios de Sant Joan Despí.

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García-Juez llegaba al programa de Cristina Puig con una idea muy clara: Atacar al conseller Buch en torno al incendio de la Ribera de l'Ebre y la ayuda de la UME. Allí esperaba su ocasión, inquieto, moviéndose nervioso en la silla, haciendo muecas. Un esperpento que empeoraba cuando abría la boca, insinuando que el responsable de Interior era "tonto", que la Generalitat malgasta su dinero con "embajadas" mientras que no tiene recursos suficientes para luchar contra el fuego, que la Catalunya de los "lazis" tienen que pedir la colaboración de los uniformados españoles... Puig le respondió con acierto: "¿Cuál es la pregunta?", viendo que el hombre no sabe distinguir entre hacer de periodista o de propagandista. A él, sin embargo, todo le da igual. Intentó continuar con el mitin y, "chimpum". Pero los espectadores dijeron basta.

La campaña en Change.org, a pesar de ser simbólica, habla claramente del sentimiento creciente de la audiencia del programa, ofendida por el espectáculo rancio de unionismo que incluye cada semana. Por cierto, que el protagonista se ha hecho eco de la iniciativa, con su característico tono burlesco.

israel garcia machote @israelgjs

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El programa, que consiguió un 14,5% de share con la edición dedicada al gran incendio de Tarragona, no dejó indiferentes a sus 200.000 espectadores. Muchos de ellos, sin embargo, al encontrar indignante la alfombra roja de la pública a los elementos más retrógrados de la escena mediática española: Un bocazas ultra y maltratador de animales que gana un buen sueldo ridiculizando a "la colonia".