Rafa Nadal es intocable. O eso piensa media España, la que vota al PP, la que adora los valores del sufrimiento, el sudor, la bandera de España, la monarquía y el Real Madrid. Nadal es un buen chico de pueblo, mallorquín de Manacor, catalanohablante, trabajador y con un talento innato que su tío le supo encarrilar para convertirlo en el mejor tenista del mundo. Nadal no despierta el mismo entusiasmo en todo el mundo, hay quien lo ve sesgado a la derecha, siempre próximo a la monarquía, el PP y el Madrid, los tres símbolos de una cierta España. Se hace extraño porque no acostumbra a ser lo que admira la España periférica. Nadal parece madrileño. En su etapa final despierta admiración por cómo se rebela contra su cuerpo, que le dice que lo deje. No puede jugar el Godó, y quizás no podrá jugar el Roland Garros. Alerta que no cuelgue la raqueta. Hará 37 años y tiene un hijo.
Los nadalistas detestan que alguien toque al ídolo. Si EN Blau recuerda que Nadal pierde pelo por culpa de la madre naturaleza, recibe bofetadas EN Blau, no la madre naturaleza ni su especialista capilar. Si un cantante gallego dice que Nadal no está sabiendo acabar su carrera con dignidad, también recibe. Ha sido Iván Ferreiro, el cantante de Vigo que a los 53 años se ha ganado el derecho a decir eso en la revista Esquire:"Me toca los huevos, para mal, Rafa Nadal. El ejemplo de mierda que da yendo a jugar un partido hecho polvo. Y todo el mundo dice: ¡Qué buen ejemplo para los niños! Pues yo creo que es un ejemplo de mierda. Hemos tardado muchos años en conseguir que cuando nos encontremos mal no tengamos que ir a trabajar, para que este millonario, para tener una medalla, nos diga que fue con el pie roto".
La bofetada todavía hace daño, no existen precedentes de un famoso en España que se refiera a Rafa Nadal como "Ese millonario" y le reproche ser un ejemplo meirdoso para los niños, poniendo en peligro su salud para conseguir otro éxito. Nadal está enganchada a su profesión y no se ve listo para la retirada. Lo gestiona como puede y como toda persona popular recibe críticas. La diferencia es que cuando los lectores de ciertos medios unionistas de la cuerda de Nadal redifunden las declaraciones lo hacen para que sus lectores destrocen a Ivan Ferreiro. Eso lo hace como nadie El Mundo:
Rafa Nadal es el que es, un tenista descomunal. El problema es cuando algunos le quieren endosar un peso que él no quiere: ser el símbolo de una determinada España. Más pequeña, más casposa.