La crisis de la Covid ha dejado paso a la crisis económica derivada de la invasión de Ucrania. Algunas profesiones han sufrido los estragos y más paro que otros. Entre los sectores más perjudicados está el gremio de los actores. La covid cerró teatros, cines y rodajes y ahora todavía no se han recuperado los datos de consumo cultural previos al coronavirus. Porque ahora la crisis es económica. Algunos actores se han tenido que reinventar, como Mercè Martínez que se puso a trabajar en una fábrica de componentes electrónicos. Otros actores todavía lo tienen peor y no tienen ni un sueldo mensual sino que dependen de la voluntad, de la limosna de los barceloneses. Un actor de series de Telecinco ahora hace de cantante y músico de calle en el centro de Barcelona. Es una de las caras de la mítica serie Al salir de clase, el guapo Iván Hermés. Así era y así es:
El drama de Iván Hermés lo explica en una entrevista para El Mundo. Es padre separado de un niño de 5 años en una ciudad que no es la suya, Barcelona. Y que no tuvo más remedio que hacer calle para ganar algún dinero:"Después de la pandemia, me separé de mi mujer, con la que tengo un niño, que en aquella época tenía cuatro años. Y bueno, ella se fue a vivir a Barcelona, yo me fui detrás para estar con ellos y claro, en una ciudad sin amigos, sin contactos y arruinado completamente por la crisis, no tuve más opción que salir a la calle a cantar. Pero he aprendido mucho... Ya han pasado muchos años de la serie, así que la gente no me reconoce y me estoy exponiendo al público más hostil al que me he tenido que enfrentar en mi vida. Para la gente, en las terrazas, eres como uno más de los que está pidiendo en la calle, entonces muchas veces te encuentras con caras de desprecio... Y encontrar el ánimo para cantar desde el corazón cuando te están mirando mal es todo un reto". Muy duro.
No le preguntan cuánto dinero gana tocando una guitarrita en el Barrio Gótico o en la Barceloneta, pero aclara "Con eso no sobrevives, solo tapas agujeros, y yo quiero tener un personaje fijo. Porque tengo un niño de cinco años, quiero comprarme una furgoneta y necesito dinero. Estoy cansado de no llegar a fin de mes. Poco más le pido al futuro: llegar a fin de mes para poder estar tranquilo y comprarme la furgo que te contaba para llevar a mi hijo de viaje. En realidad, con eso me conformo". Entre las malas miradas de los que beben una cerveza en una terraza y lo ven como un homeless y el drama de no poder cubrir las necesidades mínimas. De lo más alto, una serie juvenil que veía todo el mundo, a vivir de la limosna, de la voluntad.
El actor cuando hacía de actor era un galán, un hombre guapo y con carisma. Ahora a ojos de muchos es uno más de los que piden por Barcelona. Pero él no quiere irse de la capital de Catalunya:"No quiero volver a Madrid. Posiblemente, los próximos 10 años esté por Barcelona, porque es ahí donde vive mi hijo... A no ser que cambie la cosa, decida con mi ex compañera cambiar de domicilio y nos vayamos todos a algún otro sitio, mi lugar está en Barna". Si lo ven tocar regálenle una mirada, una sonrisa y un euro.