El discurso de Navidad de Felipe tiene consecuencias. La primera es que España tiene un rey cobarde que no osa contra los octogenarios: ni cita a su padre, corrupto confeso, ni al chat de militares que quieren un golpe de Estado. Otro octogenario interpreta los silencios de Felipe. Jaime Peñafiel, en su columna en el digital República.com, concluye que la no condena del fraude fiscal del rey Juan Carlos en el discurso quiere decir que el emérito ya puede volver a España. Y no va mal encaminado. Este es su razonamiento.
Peñafiel: "10.8 millones de personas permanecieron atentas a la pantalla esperando lo que no se produjo. Había mucho morbo por escuchar lo que iba a decir no sobre su padre sino contra el rey". El cronista real se temía que la vicepresidenta Carmen Calvo había impuesto a Felipe una condena explícita a Juan Carlos, de quien reconoce que vive "en el exilio". Peñafiel revela cómo huyó Juan Carlos.
¿Quién lo acompañaba en este avión que no salió de Madrid? "El 3 de agosto a las 10 de la mañana, despegaba del aeropuerto de Vigo un jet privado, un Global 6500 de Bombardier, con matrícula 9HVBIG, alquilado a la compañía TAG Aviation, conodestino en Abu Dhabi. Llevaba cinco pasajeros: el rey emérito y cuatro escoltas". Y aterrizó en el Golfo: "Los 6.038 kilómetros que separan Vigo de su destino se realizó en 7 horas y 13 minutos. A su llegada al aeropuerto Al Bateen, de uso exclusivo para vuelos privados, un helicóptero le estaba esperando para trasladarle al Hotel Emirates Palace, propiedad del Gobierno".
Una jaula dorada de la cual ya puede salir, visto lo visto de Felipe: "Afortunadamente, fue un discurso institucional sin mención alguna en Don Juan Carlos. Solo a familiares, genéricamente hablando. Bien por don Felipe. Para don a Juan Carlos ha debido ser tranquilizador. Ya puede volver".