La Zarzuela parecía un una jornada de puertas abiertas. Qué gentío la que ha circulado por palacio, recorriendo pasillos y estancias como un selecto grupo de turistas. El recorrido acababa en la Sala de Audiencias, donde conocerían al ilustre inquilino de la casa, Felipe VI, y se llevarían como souvenir y obsequio final una cartera de ministro o una vicepresidencia del Gobierno. Jornada histórica para todos ellos, entre los cuales había un catalán: el nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa. El sentido común dictaría que Illa es gran entendido en la materia, pero la triste realidad es otra. El número 2 del PSC está allí... por eso, por ser del PSC. Catalán. La cuota. Un premio. Un chollo.

Salvador Illa Felip EFE

Ahora bien, hay quien no tiene inconveniente alguno en señalar este tipo de situaciones. Y hacerlo con contundencia, de forma pública y haciendo llegar el mensaje a mucha gente. Como ha hecho un Jair Domínguez demoledor. Él ya lo sabía: "Salvador Illa lo tenía todo para ser ministro de sanidad: un tio absolutamente inocuo con greñitas de secundario loser de peli francesa y ni puta idea de cómo funciona un hospital." Algunas fuentes de información del sector médico, también: "Isla pasaba por allí: al PSC le tocaba un ministerio". ¡Bingo! Todo cuadra.

Salvador Illa jura Telecinco

Jair Domínguez

El político catalán no tendrá ni idea de materia sanitaria, pero si que ha sabido colocarse muy bien en la carrera de su vida.