Al bueno de Jair Domínguez le gusta mucho su trabajo, le gusta estar en la cresta de la polémica y también, le gusta subir arriba de todo. Su hábitat natural es en el plató del Està passant, desde dónde cada tarde, al lado de Toni Soler, se ríe de todo quisqui, especialmente, de la clase política. Pero al presentador y humorista también se le suele encontrar bien lejos de TV3, de los platós y de los focos. A menudo, a la que puede, en sus ratos libres, y más, últimamente, lo hemos visto subir hasta arriba de todo y poner un nudo en la garganta a sus seguidores. Vistas espectaculares, eso sí, pero que generan angustia. Hace poco, con el esperpento público y la guerra interna y externa del PP, con Ayuso y Casado yendo a la yugular, les destrozó desde un lugar maravilloso, el salto de Sallent y el agullola de Rupit: "Desde aquí se puede ver como se hunde el PP".

Jair Domínguez / @jairdominguez_

También lo hemos visto recientemente yendo a la nieve o mimetizándose en el Pensador de Rodin en la montaña de Sant Roc, entre los municipios de Sant Gregori y de Sant Martí de Llémena en la comarca del Gironès. O hacia la Vall d'Aran, en la vía ferrata Poi d'Unha, la segunda vía ferrata de la Vall d'Aran, un largo itinerario de casi 800 metros de longitud que se sube hasta la alta montaña, y donde una vez subes, no valen remordimientos que valgan: "La cara de 'no me hace ninguna gracia subir esta escalera pero tampoco puedo volver atrás'".

Jair Domínguez, amante de la naturaleza, los espacios abiertos, la nieve y las alturas / @jairdominguez_

Ahora, el cómico ha ido hacia un lugar del país absolutamente maravilloso. Ha cogido las botas de montaña, la mochila, la gorra y el anorak y ha subido hacia el Gra de Fajol, una montaña dentro del parque natural de las Capçaleres del Ter y del Freser, un lugar destacado en el excursionismo catalán, un referente de los Pirineos de la provincia de Girona concretamente, del Ripollès, y una cumbre donde podemos disfrutar de excelentes vistas del Canigó, el Montseny o el Pico de Bastiments. Y allí, él, como buen barcelonés, ha hecho honor al sobrenombre que se acostumbra a aplicar a los de la capital cuando recorren el país: pixapins (literalmente, 'meapinos'; metafóricamente, dominguero). Y a falta de pinos, cuando le han entrado las ganas, ¿qué ha hecho Jair? Bajarse la cremallera, bajarse un poco los pantalones, y venga, a dejar rastro en la nieve. Un gesto peligroso, el vacío no estaba muy lejos, y además, miren como soplaba el viento... Esperamos que no le viniera el viento de cara:

"¿Qué hace este chico aquí?", se oye decir a un acompañante... La red, ojos como platos y comentarios en masa. Algunos, indignados pourque se ponga a miccionar allí en medio de la naturaleza. Otros, mirando por su integridad... o la del perro. Y algunos, aplaudiendo con las orejas: "Es un lavabo con vistas. No se puede pedir más. Y subes y bajas la cremallera sin guantes¡¡¡¡ Es que no tienes las manos heladas?, "¿Lo harías en la calle? ¡No, verdad?...Pues en la naturaleza tampoco, haberlo hecho antes en el refugio! ¡Qué zoquetes los domingueros!", "... y ¿después decís que no sabéis de dónde viene el calentamiento climático?", "Ahora eres un pichafría de verdad", "¿¿Pero qué haces??? "Suuuucio!", "Ahora entiendo porque el Ter baja sucio...", "Che, ¿¿¿probaste de escribir tú nombre en la nieve????", "y el perro revolcándose...", "Ojo si sopla el viento", "Fundirás la nieve, loooco!!! ¡El pantano de sau enterrará el campanario!!, "Se te congelará la tita"!... En este caso, aquello de que el lavabo está 'al fondo a mano derecha', no es exactamente cierto. Al fondo, sí, pero a mano derecha, a mano izquierda y en todas partes... Espectacular.