El pianista británico asimilado en España, James Rhodes, ha pasado por quirófano para someterse a una operación por una hernia. Todo hace pensar que el músico ha superado con éxito el aprieto, al menos atendiendo a sus tuits después de la intervención quirúrgica. Y mira que el inglés no las tenía todas consigo en el hospital. No por desconfianza en los médicos que le tratarían, sino por razones oníricas nada positivas: sus pesadillas con VOX, uno de sus 'admiradores' declarados. Afortunadamente, no ha acabado pasando el peor de los temores de Rhodes, que Abascal le cortara su apéndice más preciado. Todo está en su sitio. También sus herramientas de trabajo, las manos, tan queridas como otras partes de su anatomía. De hecho, reencontrarse con ellas ha provocado que la red se meara de risa con la primera reacción del músico.
La cara del pianista redescubriendo sus manos, todavía drogado por la anestesia tras la intervención, es una maravilla. Y confirma lo que anunciaba un par de días antes de pasar por manos de los médicos, aquello de "intentaré no tuitear mientras estoy drogado, sería entretenido". La tentación ha sido demasiado golosa, y el resultado, delirante. Las redes no paran de reír, además de felicitarlo por su confianza en la sanidad pública. Está claro que él no es Melendi, afortunadamente.
Rhodes, muy recuperado, ha agradecido el trato del personal sanitario que le ha atendido estos días. Y lo ha hecho practicando una de sus grandes virtudes: el humor, incluso en las situaciones menos habituales. "Siempre sacan tiempo para mi/responden preguntas/comparten chistes. Y ayudarme a mear." Esperamos más dosis de su receta vital cuando abandone el centro hospitalario. Y más música. Y más humanidad, que le sobra. Con o sin anestesia.