Poco a poco vamos avanzando en las fases de la desescalada. Parece una especie de videojuego, saltando de pantalla en pantalla, con el miedo de volver atrás y perderlo todo, aunque al mismo tiempo muchos se comporten de forma temeraria para ir a toda pastilla. Qué importa, es un juego, ¿verdad? Lástima que el coronavirus sea todo lo contrario a algo divertido. Pero eso nos hemos confinado durante dos meses interminables, por eso clases, trabajos, ciudades y pueblos se han paralizado, por eso hemos cambiado rutinas de forma drástica. Por eso.
El confinamiento, eso sí, nos deja aprendizaje. Por partida doble, cuando hablamos de los estudiantes, que ahora también son expertos en clases virtuales. Algunos han encontrado un detonante para esforzarse todavía más. El panorama fuera de casa invitaba a darlo todo por un futuro mejor. Esta sería la historia que nos explica el famoso presentador de TV3 Jaume Freixes, que celebra que su hijo músico Jaume, de 18 años, haya aprobado el Bachillerato. "el confinamiento le hizo cambiar 100% de hábitos y se puso a trabajar como nunca había visto... y hoy ha llegado la recompensa".
Freixes tiene razón: "no todo han sido malas experiencias para los estudiantes!". Ojalá extraigan conclusiones más provechosas para el futuro que las de los adultos. ¡Felicidades!