Javier Cárdenas se ha ofendido y mucho con la revelación que avanzó EN Blau: El locutor se ha operado el abdomen y luce "una tableta" artificial que no tiene nada que envidiar a la de Leticia Sabater o Pipi Estrada. Es el último grito entre los "famosos" de tercera, la lipoescultura y abdominaplastia, con unos resultados grotescos que han despertado la hilaridad de medio mundo. Aunque Cárdenas es tozudo y orgulloso, y no quiere reconocer la mano de la cirugía para obtener el aspecto de un superhéroe. ¿Qué ha hecho? Disparar contra los medios que se hicieron eco de la noticia, confundiendo fuentes, creando teorías conspiranoicas y atribuyendo su metamorfosis al trabajo de gimnasio. Sus incondicionales le aplauden con las orejas, alimentando su ego.
El expresentador de incunables de la televisión como Hora Punta ha "intentado" tapar el episodio pronunciando nuevas burradas desde su programa, Levántate y Cárdenas, en Europa FM. El destinatario de su incontinencia verbal, los MENAS: "Es increible que gente que viene buscando un futuro mejor se dedique a violar". Cárdenas hacía suyo el "discurso" de un supuesto usuario de Twitter "que ha trabajado en asociaciones benéficas que protegen a este colectivo", criminalizando a los jóvenes extranjeros bajo tutela de la Generalitat diciendo que "tú no vienes a un país a integrarte violando". Exige (irresponsablemente) mano dura contra todo el colectivo, metiendo a todos sus miembros en el mismo saco, y acusando al gobierno catalán de permitir la llegada de unos jóvenes que describe como delincuentes. "Si vienen en España a robar y violar, puerta y fuera".
Puede escuchar el editorial de Cárdenas a partir de 2h:03':54'':
Esta mañana @_javiercardenas dijo en @europa_fm que los 'mena' vienen a España a violar. Este "periodista" en vez informar, criminaliza a un colectivo de más de 13.000 niños. La mayoría no delinque. La lucha contra la 'fake news' empieza por luchar contra estos "informadores"
— Nicolás Alba (@NicolasAlbaG) 2 de julio de 2019
Una nueva muestra de los postulados extremistas y reaccionarios del presentador, en este caso con un tufo xenófobo escandaloso. Nadie del grupo Atresmedia, propietario de la emisora, ha salido a desautorizar sus palabras, cosa que resulta tan lamentable como la propia afirmación. Triste, sí, pero nada extraño, viendo el histórico del personaje en cuestión, más preocupado por su vanidad y su six pack (más falso que una moneda de 4 euros), que para hacer un morning show que no humille a minorías, grupos marginales, rivales ideológicos o que refuerce teorías falsas. La medicina y la cirugía han avanzado mucho, es cierto, pero no hacen milagros.