Javier Cercas nació en Ibahernando, el pueblo más eufónico de Extremadura. Catalán de adopción, emigró con 4 años. Ahora que tiene 57 escribe que se siente "estafado" al haberse considerado catalán todo este tiempo. ¿La causa? el procés. Su columna dominical en el diario El País ha sufrido el efecto Vargas Llosa: ha sido Trending Topic. El marido de la Preysler por defender el genocidio del 12-O y Cercas por abjurar de ser catalán. Parece que si Catalunya fuera una religión, haría apostasía.
Cercas renuncia a Catalunya en la columna La gran traición. Estos son algunos extractos "Nosotros no sólo vivimos y trabajamos en Cataluña, aprendimos catalán hasta volvernos bilingües, nos casamos con catalanes de pura cepa, educamos a nuestros hijos en catalán (..). Todo en vano (...) En 2017, cuando todo estalló, supimos sin posibilidad de duda que no éramos catalanes. Catalán, lo que se llama catalán, ya sólo lo era quien quería que Cataluña se separase de España (...) Los demás no somos catalanes, no contamos, no existimos; basta ya de hacerse ilusiones: probablemente nunca lo fuimos, nunca contamos, nunca existimos".
El autor, habitual entre los más vendidos por Sant Jordi, del que probablemente el lector tenga un libro en casa, dice que ahora siente "una mezcla de incredulidad, de humillación, de asco y de vergüenza, y que a veces me pregunto si, además de una traición descomunal, no habrá sido todo, desde que con cuatro años llegué a Cataluña y el primer día mi padre me dijo que a partir de entonces iba a ser catalán y me enseñó la primera frase en catalán que aprendí (“M’agrada molt anar al col·legi”), una inmensa estafa". La red añade la posdata a la columna:
Cercas se convierte en TT con 3 mil tuits que lo citan un domingo. El primero es el de Albert Rivera y como el flautista de Hamelín lo siguen Girauta, Garicano, Guasch o Tabarnia en pleno. La columna tiene una gran virtud: quien la lee confirma lo que ya pensaba. Sobretodo de Cercas.