"No tiene dignidad". "Lo que sea para seguir en política". "Me alegro de que sufra la homofobia de los suyos". Estas son sólo algunas de las reacciones más repetidas en la red para definir la opinión de muchos usuarios sobre el silencio de Javier Maroto, mano derecha de Casado en el PP, derrotado en las urnas al quedar fuera en Araba y uno de los primeros políticos del partido que se declararon abiertamente gays, ante la exclusiva del digital La Marea sobre el argumentario de VOX en torno a su figura. Un documento que asegura que Maroto "es el ejemplo de político trepador" que se beneficia de "esa condición de homosexual, que es una ventaja"

@javiermarotovg

Después de acusarlo de utilizar "el rol gay para exhibir una pretendida modernidad, que en realidad es [sic] sumisión a los dogmas de la progresía post 68", la información adquiere una nueva dimensión cuando recomienda al exalcalde de Vitoria-Gasteiz el mirarse en el espejo de otros homosexuales más "decorosos" para los ultras. Ultraderechistas europeos entre los que se encuentra Otto Weininger: Un psiquiatra austríaco antisemita que se suicidó en 1903 por no soportar su doble condición de judío y gay. Según Hitler, el único judío decente que había conocido nunca. La execrable comparación no ha pasado desapercibida en la red.

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El silencio de Javier Maroto ha vuelto a encender la hoguera contra el dirigente popular, que en poco más de un mes ha añadido a su biografía los adjetivos de perdedor, cobarde y vendido. La única salida, la de enfrentarse a los de la extrema derecha pero plantarse delante de los suyos, que quieren pactar con VOX para retener el poder, tiene todo la pinta de estar descartada.