Javier Negre, a la calle. Después de más de 10 años de relación profesional, el periodista ultraderechista ha sido despedido del diario El Mundo. Decisión fulminante del grupo Unidad Editorial, que le ha rescindido el contrato por sus actividades fuera de la redacción. En concreto por su tarea al frente de Estado de Alarma, el programa que dirige y presenta a través de su canal de YouTube y que en las últimas semanas se ha dedicado a azotar al Gobierno por la gestión de la crisis del coronavirus. Compañeros de profesión y personajes televisivos con los que se ha enfrentado públicamente, como Antonio Maestre o Juan Carlos Monedero, enseguida se han pronunciado en las redes sociales:
Según ha publicado el digital Voz Pópuli, los máximos responsables del diario lo han despedido por competencia desleal. Una circunstancia que justifican porque Negre nunca les informó del trabajo que hacia fuera de El Mundo. Aunque el mismo medio también afirma que la línea editorial de su programa, explícitamente de extrema derecha y enormemente hostil con el ejecutivo Sánchez, incomodaba a algunos compañeros de nombre destacado. Como no es un despido improcedente, el polemista madrileño tampoco tiene derecho a una indemnización.
El Mundo se libra de Negre por competencia desleal, pocos meses después de que el periodista y el mismo diario fueran condenados por una entrevista inventada a una víctima de maltratos. En noviembre, la Justicia los sentenció y obligó a pagar 30.000 euros de multa. Pero es que este no es el único escándalo del periodista. Javier Negre es precisamente quien firmó el artículo que señalaba a los profesores de una escuela de Sant Andreu de la Barca después del 1-O, denunciados por la Fiscalía en una causa que el juez acabó archivando.
Una entrevista inventada, los profesores injustamente señalados... y al final lo han echado por su programa ultra en YouTube. Salvando las distancias, Javier Negre se ha convertido en el Al Capone de El Mundo. A pesar de que las había hecho de todos los colores y que acumulaba decenas de crímenes a sus espaldas, el mafioso neoyorquino acabó encarcelado por el más leve de sus delitos, la evasión de impuestos.