Quizás que, así, de entrada, la noticia ni sorprende ni es tal: el periodista ultra Javier Negre se inventa noticias, y 'El Mundo' las publica. Y decimos que no sería noticia porque ni ha sido la primera vez, ni será la última. Lo lleva en el ADN. Ahora bien, que los tribunales hayan condenado al binomio por mentirosos, y que el diario vuelva a tener que publicar una rectificación pública, parece cuando menos relevante. Sobre todo porque la reculada ha sido sibilina, en sottovoce, no como la entrevista inventada por Negre a una supuesta víctima de torturas por parte de un asesino machista en Cuenca. Supuesta porque la joven nunca sufrió los hechos que le atribuía el "periodista". Ni siquiera ofreció la mencionada entrevista. Detallitos sin importancia para su autor, que lo coló a toda página a su estilo sensacionalista, morboso y tramposo.
"La primera mujer a la que torturó el asesino de Cuenca", aseguraba Negre, aprendiz de las artes intoxicadoras de Eduardo Inda y compañía. Explica episodios aterradores e inventados, como que cuando ella dejó la relación, la encerró, la vejó y le hizó fotos desnuda. Un "ensayo del crimen que ejecutaría 7 años después", llega a decir. También que esta joven conoció a la víctima, pero que nunca le advirtió de que salía con un maltratador y potencial asesino. Un trabajo periodístico execrable, como nos tiene acostumbrados, y que remata robando declaraciones y una imagen de redes sociales que manipularía posteriormente. Por todo eso, los jueces han condenado a Negre y 'El Mundo' a publicar una rectificación demoledora para cualquier periodista, menos para el personaje en cuestión.
Ni existió la entrevista, ni sufrió torturas, ni conoció a la víctima, ni pudo prevenir de que era un asesino. Tampoc le dio permiso para robar su imagen, y especialmente, no le explicó detalles que se tenían que mantener "en absoluto anonimato". ¿De dónde los extrajo? De las cloacas, su hábitat natural. Y precisamente, a las alcantarillas es a donde le están enviando de vuelta en las redes sociales: la indignación de compañeros de profesión, lectores y ciudadanos en general es abrumadora.
Javier Negre va haciendo puntos para convertirse en el 'profesional' mediático más abyecto del estado español. En Sant Andreu de la Barca recuerdan mucho sus mentiras. Y en las movilizaciones post-sentencia al Procés. Y Pilar Rahola, o Bea Talegón, que lo sufren de vez en cuando en 'Todo es Mentira'. O... la lista no acabaría nunca. Y lo más sano sería acabar ya, sobre todo con su carrera como inventor infame.