Hay periodistas de derechas. Hay periodistas de ultra derecha. Y está Javier Negre. El hombre que puso en la diana a unos maestros de Sant Andreu de la Barca, que insultó a Pilar Rahola acusándola de "blanqueadora del terrorismo", que durante la primera semana de disturbios y violencia en las calles de Barcelona, fue y huyó por piernas: "sentí mucho miedo y pánico. Algunos radicales me habían identificado por los comentarios que he vertido aquí. Que me iban a arrancar la cabeza si no me iba. Me tiraron latas de cerveza, litronas".

Cuatro

Negre vive feliz entre el conflicto y es el primero que lo alimenta con sus incendiarias declaraciones. Pero a veces, incluso en él, la incontinencia provoca que se le crucen los cables más que de costumbre. En Cuatro al día hablaban del último fin de semana en Barcelona, y se mostraban algunas de las imágenes más vergonzosas que se recuerdan. Y eso que ha habido para parar un tren: los encapuchados infiltrados dentro de un súper o la mujer pasada de españolidad y de otras sustancias aleccionando e increpando a un grupo de jóvenes, son sólo dos ejemplos. Pero difícilmente se pueden olvidar las imágenes grotescas y lamentables de unos agentes de policía golpeando histéricos las mamparas de la terraza de un bar donde un grupo de personas estaba tomando una copa y cenando la noche del sábado:

Sobre estas imágenes en concreto ha opinado, o mejor dicho, ha vomitado, Javier Negre. Queriendo dar gato por liebre, el periodista ultra de El Mundo ha evaluado la acción policial de manera abyecta. Cuando a alguien se le acaban los argumentos, es lo que pasa, que suelta barbaridades: "Me quito el sombrero. Si esos chavales estuvieran estudiando en la universidad no habrían recibido ningún tipo de palo"... Un sábado por la noche. En una terraza....

Ya lo sabe la policía: si algún domingo a media mañana, Negre no está trabajando y se está tomando una cervecita y unas olivas, ya puede apretar a correr, según sus propias (y dementes) conclusiones.