Estos días de Eurocopa y Copa América, un sector muy determinado de los aficionados al fútbol están ajetreados ensuciando el ambiente con su particular manera de entender el deporte, la sociedad y la más sencilla convivencia. Aquellos que dicen que Nico Williams o Lamine Yamal no son españoles por el color de su piel. O que Mbappé no merece vestir de blanco porque pide el voto contra la extrema derecha en Francia. Ya saben de qué tipo personajes hablamos. Da la impresión que son los mismos que, durante el fin de semana, excretaron su porquería sobre dos campeonas del mundo como Jenni Hermoso y Misa Rodríguez, por el sencillo hecho de compartir una fotografía mientras compartían vacaciones en una embarcación.
Los autores de los insultos a las jugadoras eran los sospechosos habituales: ultras que odian a la jugadora madrileña por el escándalo Luis Rubiales, y después extremistas del Real Madrid sin ningún tipo de problema en zurrar a su portera titular, estrella y abanderada. Lo que no harían a Athenea del Castillo, lo hacen con la canaria. La delantera cántabra y el propio club blanco callan ante un episodio nauseabundo. Y mira que eso es bien raro, porque hablamos de Real Madrid, emblema de la lucha antirracista y nosecual premio a Vinícius. Cómo no tendría que abrir la boca la entidad de Chamartín, rechazando el machismo, misoginia, muuuucha homofobia y, en general, un tufo de decrepitud moral, intelectual y emocional de su fandom, expresado en sus redes sociales. Quizás nos hemos perdido la condena oficial, pero en todo caso habría llegado tarde y en voz bajita. Como siempre.
La futbolista del Real Madrid, Misa Rodríguez, está recibiendo todo tipo de insultos machistas y lesbófobos por parte de una turba de aficionados ultraderechistas y misóginos de su propio equipo, tras subir una fotografía de vacaciones con su compañera Jenni Hermoso. Asqueroso. pic.twitter.com/Nk61Sve32g
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) June 23, 2024
Pues bien, después de unos días pensando la respuesta y, sobre todo, si vale la pena contestar a una multitud de energúmenos, la balanza ha caído del lado del sí. Hace falta. Hay que combatir esta lacra, por mucho que vengan después 300 expertos y todólogos que alerten que 'así hemos dado alas a la ultraderecha'. Quizás el problema es que no se les ha detenido como hacía falta, y ahora pagamos las consecuencias. Sorpresa, España está llena de franquistas. Con teléfono móvil y redes sociales, pero franquistas del NO-DO. Y con bufanda merengona, muchos de ellos. Para todos ellos y ellas, también para seguidores de otros equipos que compartan la vejación, discriminación y odio contra las futbolistas, va este mensaje implacable.
"A estas alturas estos tipos de comentarios no me afectan en absoluto, pero entiendo que hay personas que se puedan sentir afectadas cuando las reciben. Después se nos ocurre preguntarnos si es necesario dar la cara para que algún día toda esa gente cavernícola se extinga. Tengo claro que es raro que ocurra, pero tenemos que seguir siento tan libres como lo somos y que por ningún motivo dejemos de hacerlo". Amén, Jennifer. La ex del Barça y mito del fútbol mundial acaba con una posdata llena de ironía: "Aquí os dejo otra foto, que sé que os gusta, esta vez más tapadita, a ver que burrada se os ocurre escribir ahora". Golazo por la escuadra. El segundo en una semana: el Tribunal Supremo ha confirmado que un beso no consentido es una agresión sexual. El Supremo, ¿eh? El "vuestro".