Jennifer Aniston ha sido durante décadas una de las actrices más queridas del mundo del entretenimiento, pero también una de las más perseguidas por la prensa en lo que respecta a su vida sentimental. Desde su sonado matrimonio con Brad Pitt en el año 2000 hasta su posterior relación con Justin Theroux, cada paso de su vida amorosa ha estado bajo escrutinio. Ahora, la actriz ha revelado que al menos una de sus bodas habría sido impulsada, en gran medida, por la presión que su entorno familiar ejercía sobre ella. "Creo que siempre me resultaron difíciles las relaciones porque yo era un poco solitaria. Mi familia y mis padres no me invitaron a crecer con el deseo de tener pareja", confesó en una entrevista a la revista WSJ en la que dijo no tener intención ninguna de volver a casarse por mucho que el público se empeñe en creer lo contrario.
La boda entre Jennifer Aniston y Brad Pitt el 29 de julio del año 2000 en Malibú, el enlace que costó un total de 1 millón de dólares causó sensación. Se convirtieron en la pareja más admirada de Hollywood y, aunque todo el mundo esperaba un final feliz, cinco años después se divorciaron. En el 2008, cuando Brad Pitt compartía su vida con Angelina Jolie, Jennifer Aniston no tuvo reparos en contar su versión de los hechos y compartir sus sentimientos con otra publicación.
"Realmente tuvimos una separación amistosa. No fue cruel ni odiosa y todas esas cosas que intentaron crear sobre Brad no puede hablar con Jen y Jen no puede hablar con Brad porque esta persona no lo permite. Simplemente no sucedió. El matrimonio no funcionó", dijo en aquel momento, en el que también contó la presión a la que se vio sometida entonces porque todo el mundo esperaba un cuento de hadas. "Poco después de separarnos, hablamos por teléfono y tuvimos una larga conversación y nos dijimos muchas cosas, y desde entonces hemos sido increíblemente cálidos y respetuosos el uno con el otro", continuó.
Una relación tensa con su madre
La relación entre Aniston y su madre, Nancy Dow, ha sido objeto de especulación durante años. Dow, también actriz, tuvo una crianza estricta con su hija, y ambas estuvieron distanciadas por largos periodos de tiempo. En varias entrevistas, Jennifer ha admitido que la relación con su madre no siempre fue fácil, e incluso escribió sobre ello en su libro Mother's Keeper. Según la fuente, la insistencia de Dow en que su hija debía casarse y formar una familia se convirtió en una carga emocional para la actriz.
Un nuevo capítulo en su vida
Actualmente, Jennifer Aniston está enfocada en su carrera y en su bienestar personal, lejos de las presiones externas que la afectaron. En diversas ocasiones ha señalado que se siente plena con su vida tal como es y que no necesita estar casada para ser feliz. Esta revelación sobre la presión que sintió en el pasado pone en evidencia cómo la sociedad y la familia pueden influir en decisiones importantes, incluso en la vida de figuras públicas como ella. Sin embargo, Aniston ha demostrado ser una mujer fuerte, que ha sabido forjar su propio camino a pesar de las expectativas impuestas.